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El MacBook Air, visto por un 'geek'*

  • Un técnico de soitu.es nos acompaña a la presentación en Madrid del nuevo equipo ultrafino de Apple
Por DELIA RODRÍGUEZ (SOITU.ES)
Actualizado 17-01-2008 20:06 CET

MADRID.-  Desde que hace dos días Steve Jobs abrió un sobre A4 y sacó de él el ordenador más bonito del mundo, no se habla de otra cosa. El MacBook Air es un bellezón que ha conseguido en su presentación a la prensa de esta mañana en Madrid algo inaudito: que los periodistas se acerquen antes a él que a los canapés y al zumo de naranja.

Soy switcher (es decir, maquera conversa) desde hace tres años, y tengo un iBook y un iMac blancos, un iPod rosa, y una memoria USB con Swarovskis incrustados, lo que indica cierta tendencia a la compra compulsiva de objetos electrónicos brillantes. Para Apple llevo escrito en la frente la palabra 'target'. La empresa de Cupertino es lo que es gracias a gente como yo, que ama la informática (y sus complicaciones) lo suficiente como para no usar Windows pero no tanto como para pasarse a Linux.

Así que en lugar de encadenarme a las vigas de la redacción para evitar abalanzarme con la Visa en los dientes sobre la Apple Store, he ido a la puesta de largo del Air acompañada de Héctor García, uno de los técnicos culpables de que en soitu.es todo vaya como la seda. Él tiene una 'barebone' de Asus rellena de cosas raras bajo la tele para ver películas, tres o cuatro ordenadores con Linux en casa, una cuenta de correo que termina en @debian.org y un calentador de tazas por USB, lo que indica que Jobs no se ha hecho inmensamente rico gracias a él. Nuestro objetivo: ver si el chisme más deseado del momento mola o no, por dentro y por fuera.

Comienza la presentación, parecida a la que se hizo en San Francisco, pero protagonizada por Oren Ziv, director de software para Europa. Héctor escucha atentamente las especificaciones de cada producto (además del Air, se habla del Apple TV, el iPod Touch y el Time Capsule), pero es implacable: 'consiguen que cada fallo parezca una ventaja'. Y es que a Apple se le pueden reprochar muchas cosas, pero ninguna relacionada con el marketing. ¿Que el Air no tiene lector de DVD ni tarjeta de red? Es el futuro, todo va ya con wifi. ¿Que las películas compradas en iTunes se autodestruyen después de verlas? Mejor, porque la mayoría no las querríamos volver a ver aunque nos pagaran y además, se libera espacio en el disco duro.

Así, donde yo intuyo una buena solución para hacer las copias de seguridad y compartir impresoras y conexión inalámbrica entre mis dos Mac (Time Capsule), Héctor ve una carísima forma de compartir los archivos... con los vecinos. "Utiliza wifi, y una contraseña WEP se averigua en media hora. Una WPA en dos días. Además, esa forma de recuperar datos se utiliza en Unix desde hace mucho tiempo, lo único que han hecho ha sido adaptarlo -muy bien- a un usuario normal". Descarto su compra, y rezo para no tener nunca un vecino que sepa qué es eso del WPA.

Pasamos al remozado Apple TV, que tampoco le interesa. Normal: el técnico de soitu se ha hecho su propio ordenador de salón, pieza a pieza y que controla con el mando a distancia de la tele. Aquí no me convence. No me creo que sea tan silencioso y agradable de usar como el reformado producto de Apple. Pero no es tan atractivo en España como en Estados Unidos. Allí, pueden bajarse a buen precio y alta velocidad películas de estreno en alta definición. Aquí toca tirar de la mula. En el Touch coincidimos. Ojalá algún día el mundo esté lleno de puntos de acceso wifi libres.

Dos ordenadores distintos

Y por fin llegamos al Air. La descripción de Ziv confirma las primeras dudas de Héctor acerca del producto. En primer lugar, se trata de dos ordenadores completamente distintos. Uno, el 'barato', posee un procesador y un disco duro normales que, según el técnico, «si no fuera por Leopard irían muy lentos». El 'caro' sí es innovador: usa un procesador más veloz y es uno de los primeros equipos en utilizar un disco duro en estado sólido de 64 gigas. Se trata de un tipo de almacenamiento mucho más rápido y seguro, hasta ahora sólo utilizado en pequeños gadgets como los reproductores de mp3. Pero por él hay que pagar mucho, muchísimo: unos 2.800 euros.

El segundo problema son las conexiones y la ausencia de unidad de CD/DVD. En Apple consideran que la unidad óptica no es necesaria: "el MacBook Air te permite acceder a la unidad de DVD o CD de cualquier ordenador Mac o PC cercano de forma inalámbrica mediante Disco remoto", dice su página web. Héctor me cuenta que esa capacidad para aprovechar la unidad de otro ordenador "se llama iSCSI y que hace años que se usa". Y como a la ausencia del DVD se une que tampoco existen otro tipo de conexiones (ni siquiera FireWire o Ethernet), se depende del wifi para todo: desde copiar una película a reinstalar un sistema operativo o hacer una transferencia de datos de un ordenador a otro. Algo muy lento y muy incómodo. Existe una unidad de DVD externa a juego, la SuperDrive, pero sólo sirve para este ordenador.

Cuando por fin tengo el Air en mis manos me sorprende que sólo tenga tres diminutos agujeritos donde enchufarle cosas: uno para auriculares, otro para vídeo y un sólo puerto USB. El experto ironiza: "será muy delgado, pero la bolsa para los accesorios tendrá que ser gigante. Como mínimo necesitas la unidad óptica externa (89 euros), un hub USB y un conversor de USB a Ethernet (29 euros) para cuando no funcione el wifi".

Algunas preguntas difíciles

Pero estas no son las únicas críticas que se ciernen sobre el Air. Tras los canapés, mi compañero se acerca a Oren Ziv y le pregunta sobre uno de sus puntos débiles: la batería. Está soldada al equipo (al igual que la memoria) y cuando acaba su vida útil, no basta con comprar otra y reemplazarla. Hay que llevar equipo al servicio técnico. Ziv contesta que está al mismo precio que una fuente de energía del MacBook Pro, que se incluye la instalación y que posiblemente baste con pedir cita en el servicio técnico para que la cambien al momento. Aun aceptando que el soporte español sea capaz de cambiar la pieza in situ y al instante -sobre lo que nos caben serias dudas- es imposible llevar una batería de recambio para un vuelo largo, por ejemplo.

Héctor plantea una duda más al responsable de software en Europa de Apple. ¿Qué pasa con las interferencias que las redes wifi cercanas producen en nuestra conexión casera? En muchos hogares, la única solución para conseguir velocidad sigue siendo utilizar una tarjeta de red conectada al router por un cable. Se puede utilizar una frecuencia inalámbrica menos habitual y utilizar el nuevo Time Capsule, contesta Ziv.

En este momento, mi corazoncito de switcher empieza a estar abrumado por tantas ausencias. Así que le planteo a mi colega si es que el Air no tiene nada bueno. "Claro que sí", me dice. "Utiliza un gran sistema operativo, han conseguido meter una buena webcam en un espacio muy reducido y su pantalla es excepcional". De lo último doy fe: se ve a la perfección en todas las posiciones imaginables y ángulos posibles.

¿Te lo comprarías?

Una vez en la redacción, hago la más importante de las preguntas a los chicos del departamento técnico. ¿Os lo compraríais? No, me dicen sin pestañear, mientras fantasean con el portátil que podrían comprarse por los 2.800 euros que cuesta el Air. ¿Y si os lo dejaran a mitad de precio? Nunca, dice Raúl Rivero, director técnico de soitu.es. "Que no tenga conexión de red es un fallo demasiado grave en un ordenador". Los informáticos no acaban de entender a qué tipo de público está dirigido un ordenador así, con tantas carencias inconcebibles para ellos y más caro que un MacBook Pro, que sí es 'un equipo serio'.

Los analistas dicen que este año Apple no ha impresionado con sus nuevos productos, y sus resultados en bolsa tampoco acompañan. Habrá que esperar hasta dentro de dos semanas para ver si el Air consigue triunfar entre sus fans en los puntos de venta. Yo, de momento, controlaré mi furia consumista. Pero a diferencia de los técnicos, si me lo dejaran a mitad de precio, lo compraría. Ser el ordenador más bello y futurista del mercado tiene un precio. Aunque quizá no sea ese.



* Geek: loco por la informática. Para Jon Katz, los geeks son los creadores de "la cultura más libre e inventiva del planeta: Internet y la World Wide Web". Un geek, dicen otros, "es una persona que ha elegido la concentración en vez del conformismo; alguien que persigue la habilidad (especialmente la habilidad técnica) y la imaginación, en vez de la aceptación social de la mayoría". Más, en esta entrada de Microsiervos.

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