MADRID.- Las negociaciones que se están llevando a cabo entre las formaciones minoritarias para tratar de dividir el heterogéneo Grupo Mixto del Congreso surgido de las elecciones generales del 9 de marzo deberán acabar confluyendo en la futura Mesa del Congreso, que tendrá la última palabra, y ahí CiU tendrá la llave que decida, en primer término, si Esquerra Republicana (ERC), Iniciativa per Catalunya (ICV) e Izquierda Unida conforman grupo propio, se informó a Europa Press en fuentes parlamentarias.
Seis de los siete partidos destinados inicialmente al futuro Grupo Mixto del Congreso llevan días estudiando posibles alianzas para tratar de dividir esa agrupación parlamentaria. Unión, Progreso y Democracia (UPyD) de Rosa Díez es la única que se ha mantenido al margen de esas conversaciones.
La opción más barajada sigue siendo una alianza de Esquerra Republicana (ERC) con IU-ICV, que aspirarían a formar grupo propio al sumar cinco diputados y quedarse cerca del umbral mínimo del 5 por ciento de voto estatal que exige el Reglamento del Congreso.
EL DESMARQUE DE NA-BAI PONE EN DUDA EL GRUPO
Para no depender del visto bueno del resto de partidos, estas tres formaciones querrían sumar también a la diputada de Nafarroa Bai, que les ayudaría a superar esa barrera del 5 por ciento. Sin embargo, la formación navarra no ve utilidad a sumarse a ese grupo nuevo porque no consideraría coherente unirse a Izquierda Unida, cuya prioridad es la reforma del sistema electoral, y además estaría participando en un grupo que sería incluso más numeroso que el Grupo Mixto que se quedase, ya sólo compuesto por dos del BNG, dos de CC y uno UPyD.
En ese contexto, ERC e IU-ICV, si persistiesen en su idea de formar un grupo nuevo, quedarían a expensas de que la Mesa del Congreso mostrase la misma flexibilidad de hace cuatro años y les permitiese constituir su formación parlamentaria con unas centésimas por debajo del 5 por ciento.
En esa Mesa del Congreso que deberá decidir la creación de grupos parlamentarias votarán nueve diputados y, conforme a las negociaciones para componer el órgano de gobierno de la Cámara Baja, el PP tendría cuatro puestos y el PSOE, sólo o con el PNV, sumaría otros cuatro.
Aunque el PSOE no se plantea entorpecer la creación de ese sucedáneo de Grupo Mixto, compuesto por ERC e IU-ICV, el PP ya ha está sugiriendo que votará en contra. Si ayer Vicente Martínez Pujalte señalaba que, fuera de PSOE, PP, CiU y PNV no sería razonable que hubiera más grupos, hoy Eduardo Zaplana ha remachado recordando que el PP ya recurrió en 2004 el grupo de ERC ante el Constitucional, pese a que entonces los republicanos tenían ocho diputados
EL PSOE LES ACONSEJA NEGOCIAR MÁS
El voto decisivo, por tanto, podría acabar estando en manos de CiU, que da por hecho que tendrá un vicepresidente en la Mesa. Y los partidos implicados en estas negociaciones sospechan que los nacionalistas catalanes van a ser "muy beligerantes" en la aplicación del Reglamento del Congreso y temen que pongan muchas dificultades.
En ese contexto, el socialista José Blanco ya aconsejó hoy a los partidos del Grupo Mixto que continúen sus negociaciones para asegurar el cumplimiento del Reglamento del Congreso, recordando que el plácet final no dependerá del PSOE, que no tendrá mayoría en el órgano de gobierno de la Cámara Baja.
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