Secciones bajar

Juicio a la prisión española

Por ÁLVARO LLORCA (SOITU.ES)
Actualizado 22-07-2008 10:47 CET

La cárcel en España vive una situación paradójica. Mientras que el país se encuentra entre los que poseen una menor tasa de delincuencia, al mismo tiempo, es el país de la Europa occidental con una mayor tasa de población penitenciaria. A pocos criminólogos se les escapa esta paradoja. ¿Es algo malo? ¿Cuáles son los motivos y qué se puede hacer para solucionarlo?

Los efectos negativos de la estancia en prisión están más que contrastados. Sin ir más lejos, la Ley que regula las instituciones penitenciarias reconoce en su preámbulo que "las prisiones son un mal necesario". Pocas leyes se conocen con un arranque tan rotundo. Y, a pesar de ello, la población penitenciaria española no deja de crecer (se ha duplicado desde el año 1990).

Aprovechando la presentación del libro 'La prisión en España: una perspectiva criminológica', que se ha realizado en Barcelona con motivo del Congreso Mundial de Criminología, entrevistamos a Ana Isabel Cerezo, una de las coordinadoras de la obra. Para ello, le presentamos tres noticias aparecidas en los medios de comunicación durante la última semana, para que haga un comentario experto y, de paso, conocer la realidad de las cárceles españolas. Si la prisión es tan perniciosa, ¿por qué hay tanta dependencia hacia ella y no deja de aumentar su uso?

El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha inaugurado hoy el séptimo centro penitenciario de la Comunidad de Madrid, Madrid VII, construido en la localidad de Estremera (1.300 habitantes). La nueva prisión acogerá a 1.500 internos cuando se encuentre a pleno rendimiento (soitu.es, 15/07/08).

Es cierto que uno de los datos que más está llamando la atención de los investigadores es la paradoja de unos niveles bajos de delincuencia y unos índices tan elevados de población reclusa. Y, mientras, se siguen construyendo más cárceles. El endurecimiento de las penas, la insuficiente utilización de otras penas alternativas (como los trabajos en beneficio de la comunidad) y la aplicación minoritaria de los mecanismos de reeducación y reinserción son los principales motivos del aumento de la población en las cárceles, tal y como expone José Cid en 'El incremento de la población reclusa en España entre 1996 y 2006'.

Entre los muros de la cárcel de Palma, cinco funcionarios y seis reclusos habían establecido sus propias leyes mafiosas, con tráfico de estupefacientes y palizas incluidos. El envío de un corazón de cerdo al director de la prisión fue el principio del fin de las dos bandas, corruptas y enfrentadas, que controlaban empleados de Instituciones Penitenciarias (elpais.com, 20/07/08).

Esto me recuerda a 'El Padrino'. Evidentemente, dentro de la prisión hay muchos problemas. Por ejemplo, en primer lugar, están las drogas. Hay mucha gente adicta dentro de prisión, por mucho que se intenten prohibir las drogas. Se podría decir que hasta un 70% de la población son consumidores. ¿Que cómo se introduce? Entran a través de visitas a los reclusos, por ejemplo de familiares, o cuando el recluso vuelve a prisión tras un permiso. Y es muy difícil de detectar, porque no en todos los sitios hay aparatos de rayos X, y el registro consiste sencillamente en un cacheo.

Otro problema es la poca disposición para el cambio que manifiestan muchos reclusos. La mayor parte de los internos no tiene intención de aprender ningún oficio o de reintegrarse. A veces, cuando les preguntas si volverían a hacer lo que hicieron, contestan sin dudar: "Sí. Pero ahora soy más listo y he aprendido aquí cómo no me pueden coger". La vida diaria para muchos consiste en pasar un tiempo en el patio, sentados, con los colegas, fumando un cigarrillo o lo que sea. Luego se van a su celda, y así día tras día, hasta que pasa el tiempo, salen de la cárcel y, más tarde, acaban volviendo. Otros problemas frecuentes son la difícil adaptación a una vida llena de reglas (frente a la vida desordenada que muchos llevaban con anterioridad), los problemas de convivencia derivados del hacinamiento y la violencia (son personas que están en prisión por haber empleado la violencia para resolver sus conflictos).

Si hay muchos que no quieren reinsertarse, ¿para qué sirve el tratamiento en prisión? ¿Es necesario? Lo cierto es que con ciertas personas, dentro de la prisión, no puede hacerse mucho. Pero hay que intentar que el paso por la cárcel sea lo más productivo posible, que sirva para algo. Si alguien no cumple con el pacto social y comete un delito debe pagar por ello. Pero ese pago debe servir para algo. Que no se quede sólo con el castigo. Por ejemplo, hay tratamientos que pueden servir para adquirir habilidades sociales. Es lo que hace falta a muchos internos. Estas intervenciones, como se ha demostrado, en ocasiones son efectivas. Y aunque la mayoría de reclusos no quieran reinsertarse hay que hacer un esfuerzo, y aunque sólo se salven de la reincidencia cinco de cada 100 personas, entonces, ese esfuerzo habrá merecido la pena. Estamos un poco abocados al fracaso, pero hay que intentarlo.

Látigo en mano y ligera de ropas, una argentina entrada en los cuarenta pretende ingresar en las cárceles para «amansar» a los presos con su práctica sadomasoquista de «dominación femenina» (El espectador, 15/07/08).

¡Hombre! Esta noticia parece una broma. No hace falta recurrir a estas cosas para mejorar la situación de las cárceles. Ya existen otras medidas que pueden utilizarse, mucho más serias y mucho más efectivas.

La prevención primaria. Ésta abarca una serie de medidas orientada al público general y que trata de influir sobre las peculiaridades del entorno social y físico, para acabar con las presiones negativas que desembocan en el comportamiento criminal. Por ejemplo, hay barrios en los que te ves abocado a la delincuencia. Hay muchas familias desestructuradas que están formadas por delincuentes, porque es el ambiente en el que han crecido todos sus miembros. Es un campo especialmente delicado el de los menores. Muchas personas de las que se encuentran en prisión tienen una larga carrera delictiva de multirreincidencia. Por esa razón, habría que intervenir antes de que los más pequeños inicien esa carrera. Las estadísticas dicen que la delincuencia juvenil, por lo general, no es violenta, sino que consiste en pequeños hurtos. También hay algún homicidio o bandas violentas, pero se trata de casos contados. Hay que cuidar especialmente a los menores para cortar de raíz el presumible inicio de una carrera delictiva. Hay que razonar con ellos y evitar que se sientan maltratados o abandonados, porque eso acrecienta su rebeldía contra el sistema. Por eso me preocupa especialmente el posible endurecimiento de la Ley del Menor.

El tratamiento. Como hemos dicho, la mayor parte de los delincuentes no quieren hacer ningún esfuerzo por reinsertarse. Aun así, conviene hacer el esfuerzo e impulsar el tratamiento de los internos en prisión, porque tradicionalmente ha recibido un impulso monetario muy escaso. Merece apostar por ello.

Penas alternativas. Con la entrada en vigor del Código Penal de 1995 parecía que iba a haber un gran impulso de las penas alternativas a la prisión. Actualmente, en este campo pueden utilizarse la multa, el trabajo en beneficio de la comunidad y la localización permanente (como llevar pulseras electrónicas o permanecer en un lugar determinado durante determinadas horas). Sin embargo, en España todas se encuentran en un estado embrionario y poco desarrollado. Ahora se está aplicando algo la pulsera electrónica, pero muy poco, Lo mismo ocurre con los trabajos en beneficio de la comunidad. En todo caso, hace falta una buena provisión de recursos y una mayor decisión judicial para llevar a cabo estos mecanismos de pena alternativa.

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Di lo que quieras

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.

Volver a actualidad Volver a portada
subir Subir al principio de la página