Li Ning, la imagen del vuelo de China

Li Ning representa como nadie la evolución de China y, quizá por eso, haya sido el elegido para el máximo honor en la ceremonia de inauguración: el encendido del pebetero olímpico. En muy pocos años ha pasado de ser un héroe nacional, parte del ejército de deportistas que daban imagen al régimen, a un empresario de éxito más propio del capitalismo en el que poco a poco se va sumergiendo el país. ¿No te sonaba ese nombre de algo? Probablemente te habías fijado en las camisetas de los deportistas españoles en Pekín. Debajo de un logo demasiado parecido al de Nike está impreso el nombre de Li Ning. Y, salvo que seas un fanático del deporte o te pasaras el verano de 1984 delante de la tele, no te sonará de nada, aunque Li Ning sea uno de los mejores gimnastas de la historia.

En los Juegos de Los Ángeles consiguió para China tres medallas de oro, dos platas y un bronce, convirtiéndose en el deportista más laureado de la competición. A punto estuvo de perderse los Juegos, pues su país, en la órbita comunista, pretendía boicotearlos siguiendo a Rusia, pero la diplomacia se impuso y Li Ning, en el mejor momento de su carrera, se convirtió en héroe nacional.

Hoy en día Li Ning es una de las más importantes empresas de ropa deportiva de China y, por tanto, del mundo. En 2007 obtuvo unos beneficios brutos de 57 millones de dólares, con un incremento del 289% en los tres últimos años -un crecimiento porcentual mayor que Nike, Adidas, Puma o Asics, rivales en el mercado-. ¿Qué significa esto? Básicamente, dos cosas: una, que también en este sector las empresas occidentales pueden echarse a temblar; la otra, que hay un hombre de 45 años que en menos de dos décadas -se retiró de la competición en 1988 y fundó la compañía en 1990- ha construido un imperio y se ha hecho multimillonario. Además de dirigir la empresa, posee junto a su familia el 35% de las acciones -J.P Morgan, por ejemplo, tiene un 5%, y el 45% están repartidas en Bolsa-.

El caso de Li Ning es absolutamente excepcional. Hay deportistas que se han hecho millonarios compitiendo y, a partir de ahí, han construido grandes fortunas. También otros las han dilapidado. Sin embargo, la gimnasia no es precisamente un pozo de dinero. Li Ning estudió derecho en la Universidad de Pekín y recibió un doctorado honorífico en la Universidad británica de Loughborough, según recoge la página web de la compañía. En 19 años de carrera ganó 106 medallas y se forjó una reputación envidiable en un país donde los deportistas son mucho más, la mejor propaganda del régimen -véase Yao Ming, la 'marca' nº1 en estos momentos-. El paso siguiente suele ser convertirse en entrenador nacional, pero él decidió aprovechar su nombre en beneficio propio en lugar de ponerlo al servicio de la patria.

A finales de 2006, Li Ning había abierto más de 4.000 tiendas. Las previsiones apuntan que el mercado chino de equipamientos deportivos crecerá hasta los 500.000 millones de euros en 2009 desde los 270.000 millones registrados en 2006, según los datos de la consultora de Shanghai ZOU Marketing citados por Reuters. En el año 2006, Nike dominó el 16.7% del mercado frente al 15.6% de Adidas, según las proyecciones de ZOU Marketing. En este periodo, y según los mismos datos, Li Ning, con un producto más barato que sus competidores, escaló hasta el tercer puesto con una cuota del 10.5%.

Tras el rápido crecimiento interno y con vistas a los Juegos de Pekín, el campeón olímpico de Los Ángeles comenzó a mirar hacia el exterior. Ahora mismo tiene un acuerdo millonario con Shaquille O'Neal, viste al equipo olímpico español, al sueco, a la selección argentina de baloncesto, a la estadounidense de tenis de mesa y a los reporteros de la televisión estatal china. Poco más se puede decir de su exitosa segunda vida. Si 1984 fue su consagración como deportista, 2008 lo será probablemente como empresario. No podía empezar mejor que con el encendido del pebetero.