'La Nebulosa de la Memoria' invita a recuperar películas (apenas entrevistas en la televisión, medio dormidas en cines de verano) que dejan una huella imprecisa y aun así duradera.
Esta semana, una 'película de episodios'. Dos historias, una de Joseph Conrad, otra de Stephen Crane, a partir de las cuales John Brahm y Bretaigne Windust construyen 'Cara a cara'.
Para los próximos días, esperamos vuestras sugerencias sobre títulos —aunque no recordéis el título—.
A poco de obtener el mando de su primer barco, un capitán (James Mason) recibe la visita de un marinero huido que ha matado a su compañero por razones que el capitán comprende. Mantenerlo oculto hasta que el barco zarpe es ahora su principal preocupación.
Un sheriff de pocas palabras (Robert Preston) viaja a la ciudad para casarse. Durante su ausencia, un viejo pistolero borrachín y nostálgico vuelve a hacer de las suyas, sin que nadie pueda ahora oponérsele.
Un mismo pensamiento en las dos propuestas. Lo que el título indica: enfrentarse al problema cara a cara hasta donde el enfrentamiento pueda llevarnos. Pero hay más. El entendimiento inmediato entre personas que responden a la idea que se hacen de sí mismos. La admiración —el reconocimiento— de Conrad y de Crane por quien, sin alharacas, cumple su cometido y el desprecio —latente en el capítulo de Windust (el ranchero del pozo), palmario en el capítulo de Brahm— por el que elude su deber que, cuando estorba el trabajo de los demás —Conrad—, llega a justificar el homicidio (y es que, de alguna forma a veces y otras literalmente, no acudir a la tarea común es la muerte de todos). El final, en las dos historias, queda insípido. Nada cambia si Leggat no logra su propósito y se ahoga (el capitán bisoño se ha tomado ya la medida), ni si a 'Scratchy' Wilson lo derriba un infarto acto seguido (el sheriff Potter no tiene duda de que él va a responder, suceda lo que suceda). Pero es que los protagonistas de 'Cara a cara' son los que no tienen futuro. El que jamás recuperará su vida y el que, con el regreso de su antagonista ahora casado, se da cuenta de que la ha perdido
Señalemos de 'El secreto original' (¿por qué este título, en vez de 'El que comparte el secreto', mucho más adecuado) el correr de la cámara sobre cubierta, siguiendo las tareas del mar, y el personaje de Smithers, que es como el reflejo del holgazán entrometido estrangulado; y en 'La novia llega a Cielo Amarillo', la borrachera casi en cámara subjetiva y ese brazo que se convierte en pierna seductora cubierto por la media.
'El secreto original': James Mason (el capitán), Gene Lockhart (capitán Archibold), Michael Pate (Leggat), Albert Sharpe (Brown), Sean McClory (Robinson), Alec Halford (Smithers).
'La llegada de la novia a Cielo Amarillo': Robert Preston (Sheriff Jack Potter), Marjorie Steele (novia), Minor Watson (Scratchy Wilson), Dan Seymour (tamborillero), Olive Carey (Laura), James Agee (Frank), Oliver Blake (Deacon).
Directores dotados y abandonados por el cine. Windust, que llegó a dirigir, con Raoul Walsh, 'Sin conciencia' —'The Enforcer'—, de 1950, una película protagonizada por Bogart, acabó por pasarse a la televisión, donde hizo su carrera. Brahm no llegó a Bogart. Pasó también del cine a la televisión y a sus órdenes trabajaron los añorados agentes de 'U.N.C.L.E.' (aquí, el agente de C.I.P.O.L., con el 'Siete Magníficos' Robert Vaughn y con David McCallum). Brahm y Windust dirigirían, entre otras muchas series, capítulos de 'Alfred Hitchcock Presenta' y de 'Wagon Train' ('Caravana'). Brahm estuvo, además, en 'The Twilight Zone' ('La dimensión desconocida').
En el cine de episodios, una muestra de —casi— hoy que merece la pena: 'Limoncello' (2007), corto de tres cortos, con un espléndido 'Dio vi benedica a tutti' (Luis Berdejo) y dos muy logrados 'A Good Man'(Jorge Dorado) y 'Río Puerco' (Borja Cobeaga): la novia vuelve a Cielo Amarillo.
Recuerdo en una tarde (¿o noche?) de verano una película española situada en la Ciudad Universitaria. Iba de conflictos sexuales entre buenas chicas tratando de conservar su virginidad (pero sin parecer ñoñas) y buenos chicos tratando de arrebatársela. Al final, como en 'Grease', ganan los "buenos" y creo recordar que sólo una de las chicas "sucumbe". Era una película retrógrada, pero muy curiosa. Me gustaría encontrarla.
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