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Nancy Pelosi, en el punto de mira de los reproches tras el 'no' al plan de Bush

Por SOITU.ES
Actualizado 30-09-2008 10:33 CET

La 'Ley de estabilidad financiera' propuesta por el presidente George W. Bush para salvar la economía de Estados Unidos ha fracasado en la Cámara Baja. La mayoría de los representantes norteamericanos ha preferido no apoyar el plan que significaría una inyección de 700.000 millones de dólares en el sector financiero. Esta decisión ha dejado tocado a Bush, hundida a la Bolsa y muy divididos a los congresistas, que se han manifestado con dureza después de la votación.

Junto al presidente de Ucrania, Víctor Yuschenko, con quien se reunió esta tarde, Bush se declaró "muy decepcionado" por el rechazo al plan que él mismo propuso:


Seguiremos adelante para tratar de salvarlo.

No en vano, él ha sido el más perjudicado políticamente después de la decisión que han tomado los congresistas. Para Eric Cantor, republicano de Virginia, sólo hay un culpable:


Claramente, lo que hay aquí es una falta el liderazgo.

Pero además de Bush, quien más críticas ha generado -entre analistas y congresistas republicanos- ha sido la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi. El líder de los republicanos, John Boehner, la atacaba por sus declaraciones en contra de la "temeridad presupuestaria" de la que ha hecho gala la Administración Bush.


Creo que podríamos haber llegado al acuerdo hoy si no hubiera sido por este discurso partidista.

Los ataques han sido rápidamente contestados por los demócratas, que consideran que son una cortina de humo para tapar "la humillación propia" de los republicanos al no convencer a sus congresistas. Barney Frank, representante demócrata en el comité de servicios financieros, reprochaba esta actitud:


Estoy consternado porque alguien que ha sido herido en sus sentimientos ha decidido castigar a todo el país. Yo nunca hubiera atribuido ese grado de mezquindad e hipersensibilidad.

Coincidencia en el análisis de las consecuencias

Antes de estos ataques y reproches cruzados, republicanos y demócratas habían coincidido en el diagnóstico de las consecuencias del 'no' en el sistema financiero norteamericano. Así, el propio John A. Boehner advertía que el rechazo traería problemas a los más necesitados.


Hay demasiado en juego para no apoyar el plan (...) Hay que reflexionar sobre el daño que la derrota del plan puede significar para tu amigos, tus vecinos, que podrían ver sus ahorros de jubilación caer hasta cero.

Steny Hoyer, líder de mayoría demócrata y congresista por Maryland, no suele estar de acuerdo con Boehner, por eso sorprenden sus declaraciones:


En este día de consecuencias para los Estados Unidos, mi colega el señor Boehner y yo hablamos con una sola voz (...) Ninguno de nosotros es una isla.

De la misma opinión, Maxine Waters, explicaba las razones por las que el plan debe ser aprobado tarde o temprano:


La medida es vital para ayudar a las instituciones financieras a sobrevivir y para ayudar a la gente a mantener sus hogares.

Sin embargo, el plan de rescate tenía más opositores que partidarios, como Darrell Issa, congresista republicano que expresaba así su rechazo:


La medida traiciona los principios del partido.

Para Jeb Hensarling, un representante republicano de Texas, la aprobación sólo habría significado una cosa:


Pondría a la nación sobre una pendiente resbaladiza hacia el socialismo.

John Culberson, también texano, está de acuerdo con su compañero:


Esto dotaría a la secretaría del Tesoro con poderes desorbitados.

Cruce de acusaciones en plena campaña

Como era de esperar, lo ocurrido ha salpicado a la campaña electoral en un momento en que la coyuntura económica le ha puesto las cosas muy difíciles al republicano McCain. Su asesor económico, Doug Holtz-Eakin, ha intentando culpar a los demócratas de la negativa del Congreso:


Desde el primero momento que John McCain suspendió su campaña y se fue a Washington para hacer frente a esta crisis, fue atacado por el líder demócrata (...) Sus ataques fueron un esfuerzo para ganar ventaja política en una crisis económica nacional. Al hacerlo, ha puesto en riesgo las viviendas, los medios de subsistencia y el ahorro de millones de familias americanas.

El portavoz de campaña de Obama, Bill Burton, le ha contestado:


La inacción en el Congreso, así como la rabia y las declaraciones partidistas de la campaña de McCain, representan exactamente el motivo por el que el pueblo de los Estados Unidos está hastiados de Washington. Es el momento de que demócratas y republicanos se unan y actúen juntos para evitar una catástrofe económica. Todos deberíamos estar indignados de una era de codicia e irresponsabilidad en Wall Street y Washington.

Las declaraciones del propio Obama tampoco se hicieron esperar. Desde Colorado, reiteró su apoyo al plan para salvar al sistema financiero estadounidense:


Uno de los mensajes que tengo para el Congreso es: 'Hagan esto de una vez por todas'. Nos vamos a asegurar de que aprobamos un plan de emergencia porque es necesario para estabilizar los mercados.

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