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Ella, la colección crucero

Por ANA SERRANO* (SOITU.ES)
Actualizado 08-12-2008 14:25 CET

Si no te dedicas al mundo de la moda de alguna manera u otra, lo normal es que la perífrasis 'colección crucero' suene a una línea de ropa dedicada la navegación o algo similar. Y sí, su nombre tiene algo que ver con las vacaciones en grandes barcos, pero su verdadero significado debería ser 'colección de entretiempo'. Aquellos que no le veamos el sentido a su existencia pasaremos a denominarla colección de dudosa utilidad, pero que proporciona mucho dinerito y mucha visibilidad. Comencemos por el principio…

Las colecciones crucero, en inglés 'Resort Collections', se dan en grandes firmas de moda que las crearon hace años para que las más ricachonas tuvieran algo que ponerse cuando huían del invierno en busca de un clima más cálido. La Riviera Maya, las Bahamas, los grandes cruceros por el Caribe… Esos lugares de temperaturas moderadas y apacibles para los cuales, oh infortunio, no tenían nada reciente que ponerse salvo lo que les sobrara del verano anterior. Es decir, era una línea de entretiempo que enlazaba el invierno con la primavera con prendas ni muy frescas ni muy calientes continuando las directrices marcadas en el invierno y adelantando un poco las venideras. En un principio estas tiendas sólo se vendían en las tiendas sin darles demasiada publicidad.

Sin embargo, en las últimas tres temporadas, las colecciones crucero se han empezado a mostrar con desfiles propios, como si del prêt à porter se tratara; las publicaciones también se han comenzado a deshacer en halagos con ellas respecto a su gran utilidad y relevancia. Lo cierto es que, con más visibilidad o no, las resort se componen de líneas bastante más básicas que las de temporada, con prendas cómodas como los vestidos de cóctel, los caftanes, los blazers, los shorts y las sandalias. Hay looks de lo más dispares entre sí, combinando prendas como sandalias con camisa de manga larga y chaleco o pantalón largo con pamela parasol. Tampoco debe sorprender ver en el mismo show un vestido vaporoso como para bajar a la playa en Saint Tropez al lado de un conjunto de falda y chaqueta para ir a trabajar; ambos cambios son de Gucci.

En definitiva, ropa de lo que antiguamente se conocía como sport, pero en su versión más lujosa. Una buena muestra de ello es la crucero de Chanel que salió a la venta el pasado noviembre. Su desfile, celebrado en agosto en Miami, fue todo un espectáculo a la altura de cualquier Fashion Week, con el propio Lagerfeld presidiendo y rodeado de celebrites. Una pieza muy destacada de esta línea fue el horripilante par de tacones-pistola que Madonna lució en octubre.

Ya no hay marca que no lance a mitad de temporada su propia colección resort, tanto en París como Nueva York y Milán. La lista actualizada de los que se han rendido al crucero incluye a los clásicos (Versace, Dior, Cavalli, Philip Lim, Burberry, Balenciaga, Vuitton, Calvin Klein…) y hasta a los más alternativos como Alexander Wang o Jonathan Saunders. Nadie se libra ya de lanzar una cómoda y relajada línea de piezas de entretiempo y, de paso, mantener la atención de los medios una vez más en el mismo año.

¡Cuánto trabajo para las casas de moda!, pensaréis. Pero no, la realidad es que los diseñadores van reduciendo prendas de las colecciones principales para cedérselas a las crucero. Así, el goteo de prendas es continuo y permite ir adaptándose a nuevas tendencias que pudieran surgir sin que les coja desprevenidos. ¿Esto no lo llevan haciendo durante décadas Zara, Mango y H&M? Actualizan sus escaparates casi cada semana, renuevan las estanterías de sus tiendas día sí, día también, tanto que es prácticamente imposible encontrar en enero una pieza que lanzaron en septiembre. Es decir, las grandes firmas acaban de descubrir el filón que ya llevaban explotando desde hacía años las marcas de streetwear y la clase media, sin saberlo, es toda una pionera en esto del crucero. ¡Mira tú por dónde!

Podríamos pensar que la existencia de las colecciones crucero puede estar también relacionada con la cada vez mayor ausencia de estaciones derivada del calentamiento global. Efectivamente, también tiene mucho que ver, pero más aún la necesidad de permanecer visible durante todo el año y de no dejar de vender en sus tiendas una sola tendencia que haya surgido y que no les haya dado tiempo de plasmar en la colección principal. Y tanto bombo para una simple línea de entretiempo…

* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.

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