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Nos vamos de mariscada (y sin arruinarnos)

Por CARLOTA FARIÑA (SOITU.ES)
Actualizado 07-02-2009 13:58 CET

A CORUÑA.-  Galicia es sin duda conocida como tierra de marisco. Aquí, en A Coruña, resulta fácil encontrarlo de buena calidad. La razón es simple: el mar es muy batido en esta zona lo que provoca un sabor inigualable. Este factor ha hecho que haya un importante mercado de marisco fresco originario de la zona.

En A Coruña uno puede caminar por sus calles y encontrar a cada paso un sinfín de establecimientos donde comer marisco: desde tabernas, mesones y cervecerías hasta restaurantes de primera calidad. Una vez desembarcados en la ciudad, hay que prestar especial atención al local donde queremos probar el marisco, ya que existe la posibilidad de que, creyendo que estamos ante una mariscada gallega, proceda, sin embargo, de otros puntos de la geografía mundial, como Francia, Marruecos o Canadá.

De mariscada

En la ciudad existen establecimientos donde es seguro que lo que comeremos es marisco gallego y no de otro origen. Los principales locales se hallan en las céntricas calles de los Olmos y la Franja, una selección de lugares donde ir sin necesidad de vaciarse el bolsillo o por el contrario en la zona de la Marina, para paladares, eso sí, más exigentes.

Paseando por la calle de los Olmos nos encontramos con numerosas tabernas donde comer tapas y raciones de crustáceos tan típicamente gallegos como el pulpo y los mejillones. Con estos dos moluscos estamos tranquilos de que estamos consumiendo un producto 100% de origen gallego, ya que Galicia es líder mundial en su producción.

Nos paramos delante de algunas de las tascas que ocupan la calle de los Olmos, donde los carteles en los escaparates anuncian los precios del marisco. Una opción es la cervecería Otero, donde una tapa de pulpo o mejillones oscila entre los dos y tres euros y la ración entre seis y nueve. Si queremos podemos acompañarlo con un vino de Ribeiro o Rioja pagando dos euros por copa.

Continuamos el paseo y encontramos escaparates de otros locales donde dejan claro que ahí puedes comer marisco fresco: berberechos, almejas, cigalas o el ya nombrado pulpo son las estrellas.

Aprendiendo a distinguir

Mención especial recibe el percebe, este marisco de extraña forma es considerado por los coruñeses el rey del mar. La mayoría de los percebes que encontramos en estas calles son gallegos. Aprendemos a distinguirlos a simple vista frente a los marroquíes o canadienses, porque el percebe de Galicia tiene un color negro más oscuro que los demás, es más ancho y menos largo.

A pocos metros de aquí se encuentra la pequeña rúa de la Franja, donde la variedad es mayor: centollas, nécoras, bueyes de mar, cangrejos reales, bogavantes, langostas, cigalas, gambas, langostinos, camarones, minchas, percebes, almejas, vieiras, zamburiñas, mejillones, navajas, ostras y pulpo.

Si no queremos dejarnos un dineral, la mejor opción que nos proponen los mesones de esta zona es una degustación: por 35 euros nos preparan una suculenta fuente para dos personas donde probar hasta trece mariscos, como es el caso del mesón O Calexo.

La forma de prepararlos varía en cada local, lo más habitual en Galicia es comerlos cocidos, pero fritos, al ajillo, a la marinera, a la plancha o rellenos son otras formas en las que podrás saborearlos. En esta misma calle, el mesón San Antón nos ofrece por 25 euros una fritura para dos personas compuesta de calamares, chipirones, choquitos y puntillas fritas y por la mitad de precio, pulpo, gambas y zamburiñas preparadas al gusto del cliente.

A dos pasos de aquí nos situamos en la zona de la Marina, donde hallamos los establecimientos perfectos para darse un homenaje. Los precios son obviamente más altos y el marisco es presentado en la mesa con una elaboración mucho más cuidada. Si el dinero no es un problema, entonces se recomendable el restaurante El Coral (callejón de la Estacada), famoso entre los coruñeses por su calidad. Sus medallones de bogavante o las almejas a la plancha ascienden a 20 euros por persona, colocando los percebes y cigalas entre sus platos más caros de la carta con un precio medio de 125 euros, que varía según el precio de mercado.

Y después de esta ruta de mariscos, nada mejor que ir a admirar el mar, no muy lejos de este lugar y cuna de estos crustáceos y moluscos, de un precio u otro, pero eso sí, siempre de buena calidad.

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