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Dakota, de niña a icono de la modernidad

Por ANA SERRANO* (SOITU.ES)
Actualizado 16-02-2009 18:30 CET

Nos permitimos el lujo de casi parafrasear a Julio Iglesias para hablar de una actriz (y ya casi personaje público) que cada vez se postula más como nueva musa de estilo en Hollywood. Hablamos de Dakota Fanning, esa niña de misteriosa mirada que se comió con patatas a Tom Cruise en 'La guerra de los mundos', y que a sus 14 años ha conseguido ser una reputada actriz sin convertirse en el típico juguete roto hollywoodiense. Quien podía haber terminado como una Lindsay Lohan más —ya que empezó a trabajar a la tierna edad de cinco añitos— o como cualquier otro juguete roto del cine, no sólo se ha mantenido en una línea digna y profesional, sino que es considerada una especie de icono cool de la moda.

No es fácil no convertirse en un juguete roto cuando eres un niño actor. No hace falta remitirse a nuestro Joselito patrio, basta con acordarse de la ya citada Lindsay —un tanto perdida entre el lesbianismo y la extrema delgadez— o de Macaulay Culkin, en paradero desconocido, para saber lo que te puede pasar si te pones a trabajar siendo muy niño y tus padres se quieren forrar a tu costa.

El caso de Dakota Fanning es muy especial ya que, si bien sus primeros trabajos como actriz publicitaria los hizo con sólo cinco años, ha conseguido mantener una vida normal muy distinta a la de otros niños actores. Su secreto ha sido evitar la sobreexposición y el verse envuelta en los típicos ambientes poco adecuados para su edad. Muy al contrario, sólo hemos visto a Dakota en las pantallas y en sus correspondientes promos, pero era raro verla en fiestas, celebraciones y eventos varios. En vez de esto, ha acudido con normalidad a su escuela primaria y secundaria, y hace las típicas actividades normales de una adolescente de casi 15 años como ser animadora del instituto.

Mientras Dakota no da que hablar salvo por su trabajo, otras crías de su misma quinta andan dando que hablar por su absurdo comportamiento. Además su carrera tampoco es tan amplia como para no haber tenido una infancia normal; hasta su papel en 'Yo soy Sam' sólo realizaba pequeñas intervenciones en series (Urgencias, Spin City, Ally McBeal, CSI…). Entre 2002 y 2003 tuvo una agenda bastante repleta y consiguió llamar la atención de la crítica, que estaba completamente extasiada con la manera que tenía esta niña de comerse la cámara. Resulta sorprendente que en esta época, a pesar de tener ya un nombre como actriz, Dakota también doblaba películas de dibujos en numerosas ocasiones: Lilo & Stich, Mi vecino Totoro, personajes sueltos en diferentes series… En 2005 llegaría su consagración con 'La guerra de los mundos'. ¡Qué manera de llorar, madre mía! Nadie llora como Dakota, con sólo diez años.

Ya decimos que Dakota no se prodiga mucho en saraos más que cuando lo exige el guión, pero sus escasas apariciones no cinematográficas son ciertamente memorables. Y es que la niña de la mirada inquietante y la sonrisa triste sólo se rodea de los mejores. Por ejemplo, en 2006 Karl Lagerfeld la fotografió para Vanity Fair en una glamourosísima sesión que, por otro lado, mantenía su imagen de niña. Y es que ése es uno de los grandes errores que se comete con los actores infantiles, que es intentar disfrazarlos de mayores cuando no son más que unos críos. Marc Jacobs fue otro que supo ver su encanto, y la eligió para posar ese mismo año en una de sus siempre celebradas campañas. Aparecía vestida con ropa de la firma, en algunas poses de una talla bastante mayor a la suya, con aspecto travieso y como si hubiera cogido prestadas las prendas del armario de su mamá. También prestó su rostro a una campaña de GAP en la cual posaba destilando un 'coolismo' único y genuino. Tom Ford también la ha fotografiado en una ocasión.

Estos días Dakota se está prodigando mucho por los medios porque está en plena promoción de dos películas, 'Push' y 'Coraline', en las cuales vuelve a ejercer de dobladora. La semana pasada, sin ir más lejos, acudió a una entrega de premios demostrando que ya no es una niñita pequeña, pero sí una guapa y elegante adolescente que está cómoda en su papel. Es decir que, sin llegar a travestirse de mega estrellona del cine, sabe elegir unos vestidos adecuados para su edad y para los eventos a los que tiene que acudir, algo que no consiguieron en la gala de los Goya con Nerea Camacho, de Camino. Ella ya va dando muestras de que no es ninguna cría y ya le empieza a gustar el mostrar su lado más sexy, pero siempre en el lado de la discreción.

Este mes de febrero ha sido portada de la revista 'Jalouse'. En las páginas interiores le dedican una amplia entrevista y una sesión de fotos donde aparece sofisticada, mucho más madura que hace sólo un año, pero aún conservando la inocencia propia de los 15 años. Dakota no tiene prisa por crecer ni aparentar más edad de la que tiene, algo que sí hicieron las hermanas Olsen desde muy pequeñas. Tampoco ha lanzado colecciones de ropa infantil ni muñecas con su cara ni tiene su propia productora. Ella, mucho más alternativa, ha optado por la discreción, por racionar su presencia en los medios y por codearse lo justo con la fama. Así, ha ido fraguando una imagen misteriosa, algo tímida e inaccesible que resulta indudablemente más atractiva para todos aquellos cansados de it girls desechables al estilo Pixie Geldof. Despacito y buena letra, Dakota va encontrando su lugar en el mundo.


* Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.

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