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El patinazo de Chacón empaña su perfil presidenciable

  • Bernardino León ha tenido que deshacer la metedura de pata de Kosovo
  • La ministra sabe que este episodio ha dañado su imagen
Por PILAR PORTERO (SOITU.ES)
Actualizado 25-03-2009 02:32 CET

El cabreo disfrazado de seriedad de Carme Chacón refleja la indignación de una política acostumbrada a que casi todo le salga bien. La metedura de pata del delfín de Zapatero, retransmitida en directo al mundo entero. Es su primer revés internacional y, encima, con el gobierno de Obama, el presidente modelo con el que su homólogo español presume de tener buen rollo. Han sido las formas, no el fondo. Todos de acuerdo en que no tenía sentido permanecer en Kosovo cuando España no reconoce su independencia pero ¿por qué ahora? ¿cuál es la urgencia? Con el G-20 y la cumbre de la OTAN a la vuelta de la esquina, el repentino anuncio resulta estratégicamente incomprensible. Nos podíamos haber ido hace un año, y todavía tardaremos seis meses en salir. Encima, tiene que aguantar que Bernardino León, secretario general de la Presidencia, le enmiende la plana. Como para no estar contrariada.

"La misión está cumplida. Es hora de volver a casa". Parecía una frase perteneciente a una superproducción de guerra típica de Hollywood. Pero no. La pronunció Chacón, el pasado día de San José, en la base de Istok ante el contingente militar español desplazado desde hace 10 años en esa ex provincia serbia, formado por más de 600 soldados. Un buen titular para los medios de comunicación patrios pero que cayó como una bomba en la OTAN y en la Casa Blanca. "La ministra y su marido —Miguel Barroso, consejero delegado de la agencia de publicidad Young&Rubicam desde hace un mes— saben cómo centrar la atención informativa. El tour de bases militares al que se ha dedicado Chacón o el esmoquin de la pascua militar son un ejemplo; acciones estratégicamente planificadas para amplificar su presencia. "Está claro que Chacón se guardó el notición para soltarlo ante los soldados para dar el golpe y que no se contó antes para que nadie le chafara la exclusiva pero, esta vez, no se midieron bien las consecuencias", explica un diputado socialista.

En el partido nadie duda de que Chacón es la apuesta personal del presidente para sustituirle en caso de que decidiera no presentarse a las próximas elecciones. Hasta ahora su carrera responde al esquema clásico de cómo se fabrica un jefe de Estado. De hecho, un asesor próximo a Moncloa reconoce que a la ministra "le falta presencia internacional y la cartera de Exteriores sería un buen sitio para estrechar la mano de dirigentes políticos de peso. Un ministerio para cuando acabe su etapa en Defensa". El único resbalón que se recuerda de Carme Chacón fue el plan de vivienda calcado al que Mª Antonia Trujillo había promovido dos años antes y que presentó siendo ministra de Vivienda seis meses antes de las últimas elecciones generales con el revolucionario título de 'Plan de apoyo a la emancipación e impulso al alquiler'. Un error que no traspasó las fronteras nacionales cuando el Wall Street Journal la incluía en su lista 'Women to Watch' como la segunda política más influyente de Europa a finales del 2008.

"El jefe del Estado Mayor de Defensa estaba enterado, claro. De hecho, acompañó a la ministra a la base cuando anunció la salida, pero la decisión de no continuar es puramente política. Se podía haber efectuado antes y también después. Puesto que hace un año que España se negó a reconocer la independencia y aun así seguimos allí y porque tampoco nos vamos a ir mañana. Que no pintamos nada en Kosovo es una evidencia", asegura una fuente castrense. Y es que lo ha provocado el malestar de Obama no ha sido una decisión coherente con la postura española y prevista desde hace tiempo pero sin fecha concreta, sino la manera de efectuar el anuncio. "En Exteriores no se sabía nada, Moratinos no estaba informado, fue una sorpresa", afirma un asesor de este Ministerio. "Chacón no quería interferencias, no fuese a ser que Moratinos se le adelantase o se filtrase la noticia antes de que la ministra lo comunicara desde el campamento de Kosovo", aduce un diputado socialista.

"Zapatero presume de presidencialista. Está claro que Chacón no tomó esta decisión sin consultar con el presidente pero hay una falta de coordinación entre los Ministerios evidente y éste es un caso claro. Ni Moratinos, ni Mª Teresa Fernández de la Vega, ni Bernardino León estaban al tanto", concluye una fuente cercana a Moncloa. Quizá por eso, el secretario general de la presidencia, Bernardino León, se ha convertido en la gran estrella mediática del puente de San José de rebote. Es la primera vez que un "fontanero", aunque sea de lujo, rectifica la manera de proceder de una ministrano dio las explicaciones "necesarias"— y organiza una rueda de prensa en Málaga para explicar su reunión en Washington con el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el general James Jones tras la "sorpresa y decepción" que el anuncio de Chacón provocó en el Gobierno de Obama.

Tensa, dolida y enfadada, Chacón ha dado explicaciones esta misma mañana desde la base de Rota. La secuencia era compleja de reescribir por mucho que reiterase que la decisión era del Gobierno y, además, inamovible. El daño a su imagen ya estaba hecho. Y ella lo sabía. Una mancha en su pulcro currículum difícil de borrar. El presidente la ha dejado sola. Una decepción para alguien que se creía bajo el amparo del todopoderoso Zapatero.

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