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Alíev escéptico sobre el proyecto Nabucco tras acordar el suministro de gas a Rusia

EFE
Actualizado 18-04-2009 17:53 CET

Moscú.-  El presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, se mostró hoy escéptico sobre el futuro del proyecto europeo del gasoducto Nabucco, al tiempo que confirmó que la víspera acordó con el Kremlin vender gas azerbaiyano a Rusia.

"Azerbaiyán no es ni coautor ni participante del proyecto Nabucco", declaró Alíev a la prensa al final de una visita a Moscú acerca del gasoducto impulsado por la Unión Europea (UE) para reducir su dependencia de Rusia y diversificar sus fuentes de suministro.

El líder de Azerbaiyán, que posee grandes reservas de crudo y gas en el mar Caspio, confirmó la disposición de su país a sumarse a ese proyecto como territorio de tránsito o incluso como uno de los suministradores, pero subrayó que el futuro de esta iniciativa sigue siendo incierto por falta de financiación y acuerdo entre sus promotores.

Alíev indicó que Nabucco fue ideado para transportar carburante centro-asiático a Europa a través del mar Caspio, sin pasar por Rusia, y Azerbaiyán -que antes no extraía, sino importaba el gas- era visto como mero país de tránsito que recibiría en sus terminales marítimas el carburante traído desde Kazajistán y Turkmenistán.

"La diferencia de Nabucco de otros proyectos que llevamos a cabo consiste en que en este caso la construcción debe correr a cargo de los consumidores, y no de los productores", destacó.

Son los consumidores de carburante los que "deben ponerse de acuerdo sobre los asuntos financieros y el apoyo por parte de las instituciones financieras internacionales", resaltó, según las agencias rusas.

Señaló que "este proyecto será muy difícil llevarlo a cabo sin un sólido respaldo político, aunque podrá realizarse si hay voluntad política, se resuelve el problema financiero y los participantes trabajan de forma coordinada".

Si el proyecto europeo prospera, Azerbaiyán, como país firmante de la Carta Energética, estará "dispuesto a garantizar el tránsito del gas" por su territorio e, incluso, a "suministrar una parte del carburante" con destino a Europa, aseguró Alíev.

Pero, agregó, "tal y como van las cosas, cuesta decir cuándo saldrá este proyecto del punto muerto y quién se encargará de lograrlo".

Nabucco, de 3.300 kilómetros, deberá unir los mares Caspio y Negro con Europa Central a través de Azerbaiyán, Georgia, Turquía, Bulgaria, Rumanía, Hungría y Austria, sin pasar por territorio ruso, y después suministrar gas a otros países europeos como Alemania, que se sumó a la iniciativa en 2008.

La ambición de la UE es atraer en el futuro al proyecto a Irán, otro gran productor mundial de gas.

Al tiempo, Nabucco compite con el proyecto ruso South Stream, impulsado por Moscú para bombear su gas a Bulgaria a través del mar Negro, y después a los Balcanes y otras zonas de Europa.

En particular, la rivalidad es entre los ramales de ambos proyectos, el gasoducto europeo Transcaspio, que enlazaría los países centro-asiáticos y Azerbaiyán por el fondo marítimo, y el ruso del Caspio, que bordearía el mar hasta llegar a Rusia.

Moscú mantiene que Nabucco es un proyecto político y que no logrará llenar sus tuberías con suficiente gas para garantizar su viabilidad.

Precisamente, Alíev confirmó que para diversificar las rutas de exportación del carburante, que Azerbaiyán ya suministra a Turquía, Georgia e Irán, acordó la víspera con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, vender a Rusia considerables volúmenes de gas.

Aunque el contrato aún no está firmado, ambos líderes mostraron su voluntad de cumplir el memorando por el que la compañía azerbaiyana GNKAR se comprometió en marzo a vender a la rusa Gazprom todo el gas del yacimiento "Shaj-Deniz-2".

"Este yacimiento debía convertirse en una primera etapa en principal fuente de reservas para Nabucco, al menos hasta que a éste no se sumaran Turkmenistán o Irán", según el diario ruso "Kommersant".

El rotativo opina que este revés sufrido por la UE "aún no supone la victoria de Gazprom sobre Nabucco", sino "un episodio en la lucha", cuya primera gran batalla tendrá lugar la semana próxima durante la cumbre gasística de Sofía.

Además, la actual crisis ha deparado una mala jugada a Rusia, que en su rivalidad con los proyectos occidentales procura comprar a los países centro-asiáticos el máximo de gas, que revende a Europa.

Y es que la falta de demanda en Ucrania y Europa y la caída de los precios hicieron que Rusia esta semana redujera en un 90 por ciento la recepción del gas turcomano contratado.

Turkmenistán, ya comprometido con Nabucco, en respuesta entregó al consorcio alemán RWE el contrato prometido a Rusia para la prospección de yacimientos en la plataforma turcomana y el tendido de gasoductos para suministrar gas al mercado mundial.

"Una de las posibles rutas para exportar ese gas es precisamente a través del Caspio, dentro del proyecto Nabucco, del que RWE es participante", señala el diario digital Newsru.com.

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