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Arranca el único festival del mundo en un campo de refugiados

EFE
Actualizado 07-05-2009 21:25 CET

Campo de refugiados de Dajla (Argelia).-  El primer ministro de la República Saharaui, Abdelkader Taleb Omar, inauguró hoy la sexta edición del Festival Internacional de Cine del Sahara, el único del mundo que se celebra en un campo de refugiados, con una destacada presencia de directores y actores del cine español.

A la edición de este año ha acudido también por primera vez una actriz marroquí, Fara Hamed, que protagoniza la película de Chus Gutiérrez "Retorno a Hansala", además de un periodista de ese país, cuyo gobierno es acusado por los saharauis de haber ocupado su territorio en el Sahara Occidental.

Precisamente Marruecos ha organizado estos días un festival de cine en la ciudad de Dajla, en la parte bajo su control de la ex colonia española y de la que el campo de refugiados toma su nombre, con el fin de hacer sombra a la muestra saharaui.

Una actitud "ridícula", en palabras de la ministra de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Hadija Hami, y que "sólo demuestra que nuestro festival tiene éxito y que su cada vez mayor repercusión en el mundo del cine y en los medios de comunicación les está haciendo daño y no saben cómo contrarrestarlo".

Una opinión compartida por el director del Fisahara, el realizador peruano Javier Corcuera, que piensa que Marruecos "produce hilaridad" con su comportamiento, que sólo corrobora el éxito del festival saharaui.

La inauguración de la muestra se celebró ante la gran pantalla instalada sobre un gran remolque de camión donde estos días podrán ver cine bajo las estrellas los habitantes de Dajla, el campamento más alejado y con más carencias de los cinco cercanos a la localidad argelina de Tinduf.

Allí estaban, entre otros, los actores españoles Guillermo Toledo, Eduardo Noriega, Elena Anaya, Kira Miró, Sergio Peris-Mencheta, Hugo Silva, Alvaro Longoria, Fran Perea, Alberto Amarilla y directores como el ganador de los últimos premios Goya, Javier Fesser, que proyectará su película "Camino" en el festival.

Hoy llegaron a Dajla los actores que faltaban y también directores como el saharaui Man Chagaf, que se vio obligado a recorrer 35 kilómetros a pie con su equipaje por el desierto tras sufrir una avería el vehículo que le llevaba a Dajla desde Mauritania.

Chagaf, un saharaui que vive en España, presentará en el festival su película "Belgha, la memoria viva", que narra la historia de un viejo refugiado que consagra su vida a conservar la cultura y la identidad saharauis transmitiendo sus vivencias de forma oral a las nuevas generaciones.

Los refugiados y los cerca de 450 asistentes a la muestra podrán ver además filmes como "Che, el argentino" y "Che guerrilla", de Steven Soderbergh, "Los crímenes de Oxford", de Alex de la Iglesia, "Sólo quiero caminar", de Agustín Díaz Yanes, "Retorno a Hansala", de Chus Gutiérrez, o "El truco del Manco", de Santiago Zannou.

También se proyectarán otras películas europeas como la alemana "La ola" de Dennis Gansel, la sueca "El clavel negro" de Ulf Hultberg" o la franco-alemana-israelí "Los limoneros" de Eran Riklis.

No faltará tampoco una muestra de los nuevos cortos cubanos de la Escuela de San Antonio de los Baños o de películas africanas como la etíope "Menged", de Daniel Taye Workou, o la maliense "Conocimiento para la vida", de Sander Krancken.

En paralelo a las proyecciones, el festival organiza además durante estos días hasta doce talleres de cámara, edición, realización documental, fotografía y periodismo en los que los jóvenes refugiados pueden familiarizarse con la práctica audiovisual y realizar algunos cortos.

Este año se han batido los récords de participación de películas, así como de asistentes, pese a los problemas logísticos que conlleva organizar un evento de este tipo en un campamento de refugiados como el de Dajla, sin agua corriente y donde la electricidad sólo llega por generadores a determinadas zonas algunas horas del día.

El campamento se encuentra además a más de dos horas de duro viaje desde Tinduf y casi la mitad del camino se realiza a través de sinuosas pistas de arena y piedra en medio de la llamada "hamada", la parte más inhóspita del desierto argelino.

Los cerca de 20.000 refugiados del campamento acogen, sin embargo, con gran hospitalidad a los visitantes extranjeros en sus jaimas de barro, alimentadas con pequeñas placas solares, y comparten con ellos su modo de vida y sus escasos recursos durante estos días.

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