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Censura es eso que consigue lo contrario de lo que busca

  • La censura de los silbidos al himno nacional de TVE ha amplificado su alcance
Por MARÍA SÁNCHEZ DÍEZ (SOITU.ES)
Actualizado 14-05-2009 16:10 CET

Cuando en 2003 la cantante Barbara Streisand denunció al fotógrafo Kenneth Adelman y a la página de fotografías pictopia.com por publicar una imagen aérea de su casa no sabía que iba a poner nombre al efecto contraproducente que, cada vez con más frecuencia, tiene la censura: la de amplificar la repercusión del hecho que pretende ocultarse. Lo que sucedió ayer cuando Televisión Española censuró los silbidos de las hinchadas del Barça y del Athletic de Bilbao al himno nacional tiene todos los síntomas para que se le pueda diagnosticar ese 'efecto Streisand'.

Nadie que no estuviese en el estadio se pudo enterar de lo que sucedió en Mestalla, porque TVE no emitió el momento en el que sonaba el himno. Durante el minuto que duró la pitada de la hinchada, conectaron con San Mamés, donde estaban congregados los seguidores del Athletic. Después, al emitir en diferido este momento en el descanso —probablemente, por las quejas—, no se escucharon los sonidos de protesta ni se vieron imágenes de los aficionados descontentos. Además, en el canal internacional, emitieron el partido con dos horas de retraso con respecto al encuentro en Valencia. La cadena pidió disculpas y achacó lo sucedido a un "error humano". Un "error" que ya le ha costado la cabeza al director de Deportes, Julián Reyes, que ha sido destituido fulminantemente.

Si lo que pretendía TVE era que el rechazo de los aficionados catalanes y vascos pasara desapercibido, les ha salido el tiro por la culata. La mejor muestra de ello es la propia web de rtve.es que, en un intento de enmendar la plana, ha llenado su portada de contenidos relativos al polémico momento: las reacciones de los políticos, la noticia de la destitución de Reyes, etc.

Hace muy poco tiempo pudimos ver otro ejemplo de la ineficacia de la censura. Fue cuando el diario 'El País' tiró atrás la columna del periodista Enric González porque criticaba la gestión del grupo PRISA de forma indirecta. En ella, hacía referencia a la "ludopatía bursátil" que había reconocido el consejero delegado del grupo de comunicación, Juan Luis Cebrián, y a la posibilidad de que se aplicase una reducción del salario a los trabajadores, una de las medidas que contempla la empresa para encarar la crisis ¿Resultado? La columna apareció en multitud de blogs, entre ellos, el del periodista Nacho Escolar. Probablemente, su contenido ganó más popularidad de lo que lo hubiera hecho publicándose de forma normal. De hecho, esta referencia, que seguramente sólo habrían sabido interpretar los círculos periodísticos, acabó extendiéndose a toda la ciudadanía.

La censura se emplea desde tiempos inmemoriales y se considera una de las maniobras clásicas de los gobiernos o los grupos de poder para limitar la libertad de expresión. Los objetos de su acción suelen estar rodeados de una especie de halo mitológico y legendario. ¿Qué mejor publicidad para la película 'Diario de una ninfómana' que la prohibición de su cartel publicitario en las marquesinas y los autobuses Madrid? Lo mismo le sucedió a la publicación satírica 'El Jueves' cuando, hace dos años, el juez Juan del Olmo ordenó que se secuestrara una edición por supuesto delito de injurias a la Corona y menoscabo de su prestigio. Los ejemplares de ese número se convirtieron prácticamente en un objeto de culto y la viñeta de la discordia todavía se recuerda hoy.

El fotógrafo Oliverio Toscani, que cobró gran fama en los años 80 y 90 por sus controvertidas campañas publicitarias para la marca Benetton, explica así este fenómeno: "censurar quiere decir obtener el efecto contrario. Quiere decir amplificar, hacer picar la curiosidad de la gente más superficial y, en definitiva, atraer la atención sobre el objeto que, con la censura, se quisiera ocultar (...) El censor aparece, entonces, cada vez un poco más estúpido, porque se vuelve el motor de un mecanismo que quisiera, en cambio, frenar". Su famosa imagen de David Kirby, un enfermo de sida agonizante que se empleó para un anuncio de la marca de ropa en 1992, fue víctima de la censura en la edición inglesa de la revista Elle. "Resultado: la fotografía apareció en la primera página de todos los diarios de todo el mundo", afirmaba Toscani en un artículo del diario 'El Mundo' sobre este tema.

Este efecto 'boomerang' parece aún más poderoso en la red. No sólo se trata de los canales que ofrece internet para la difusión rápida de cualquier mensaje. Según John Gilmore, la red interpreta la censura como un daño o ataque hacia ella y reacciona defendiéndose con uñas y dientes. Y la revolución que se vivió a principios de mes en Menéame nos da una muestra de cómo se las gastan los internautas cuando se rebelan.

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