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Los placeres fugaces de Willy Monfort

Por DAVID DE JORGE (SOITU.ES)
Actualizado 22-06-2009 18:14 CET

El fotógrafo Willy Monfort tiene sus placeres. Rápido, rápido, nos los explica.

¿Un placer compartido?

El revuelto de gulas y langostinos que acabamos de jamar

¿Un placer de tu niñez?

El helado de after-eight.

¿Un olor placentero?

A canela.

¿Un placer egoísta?

Beberme el jugo de las fresas justo antes de servirlas como postre.

¿Un placer para tu oído?

Abrir una lata bien fría de Coca-Cola en un tórrido día de verano.

¿Un placer para tus ojos?

El gol de Iniesta al Chelsea en el minuto 93.

¿Un placer carnal?

La chuleta del Bar Néstor

¿Un placer desconocido?

Ganar el Euromillón.

¿Un placer del gusto?

La 8 de Va Bene

¿Un placer anacrónico?

Sacar fotos Polaroid.

¿Un placer que no cueste dinero?

Joder, hacer el amor; bueno, el sexo en general.

¿Un placer del que avergonzarte?

Quedarme en la cama hasta las mil, un domingo de solazo.

¿Un placer fuera de tu alcance?

Una noche con Scarlett Johanson.

¿Un placer irrenunciable?

Café con Baileys y hielo.

¿Un placer sobreestimado?

Las angulas.

¿Un placer golfo y confesable?

Contemplar desde mi terraza la intimidad de los vecinos de enfrente.

¿Quién es Willy Monfort?

Alguien que intenta disfrutar de la vida, haciendo lo que le gusta, sin joder la de los demás.

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