Mdiq (Marruecos).- El cuerpo de Rayan, el bebé prematuro fallecido en España por una negligencia médica, yace ya en Marruecos junto a su madre, Dalila Mimuni, tras ser enterrado en el pueblo de Mdiq en una ceremonia emocionante y concurrida.
El pequeño fue sepultado ante unas 200 personas en esta localidad septentrional, muy cercana a Ceuta, en la que crecieron sus padres, Mohamed El Uriachi y Dalila, quien se convirtió hace sólo dos semanas en la primera víctima mortal de gripe A en España.
A la salida de la pequeña mezquita donde se celebraron las exequias, las mujeres ululaban y lloraban al niño mientras sus tíos y su padre cargaban con el féretro, al frente de la comitiva.
Al llegar al cementerio, ellas se quedaron al margen y observaron la ceremonia desde la distancia, como dicta la tradición.
Ya ante la tumba de Dalila, los hombres recitaron versos coránicos, dirigidos por un imán, y arrojaron tierra y ramas con hojas verdes en un rito que duró alrededor de quince minutos.
La madre de Dalila, Aziza Ismaili, no acertaba a pronunciar palabra, ahogada por las lágrimas.
Aziza y su yerno llegaron esta mañana desde Madrid, a las 10.53 hora local (09.53 GMT), en el avión militar fletado por Mohamed VI para trasladar el féretro de Rayan hasta el aeropuerto de Tetuán.
Allí les esperaban el resto de sus familiares, el canciller del Consulado de España en Tetuán, Jesús Cuartero, y la prensa, dispuesta a no perder detalle de lo que acontecía.
Minutos después, el cortejo fúnebre partió hacia Mdiq, integrado por una docena de coches, casi todos con matrícula extranjera, puesto que gran parte de la familia vive en España o Francia.
Curiosos y allegados se agolpaban ante la puerta de la vivienda de Mohamed y en la mezquita más cercana, bajo la mirada atenta de la policía, que efectuó un despliegue especial para evitar los problemas que pudieran derivarse del excepcionalmente concurrido funeral.
Durante la oración musulmana del mediodía, se velaron los restos del niño y el alcalde de Mdiq, Mohamed El Yacubi, leyó la carta que el rey marroquí, Mohamed VI, dirigió ayer a la familia, en la que expresaba sus condolencias.
Rayan, que nació hace quince días por cesárea tras 28 semanas de gestación, murió después de que aparentemente personal de enfermería del Hospital Gregorio Marañón de Madrid confundiera la vía de administración de una fórmula láctea específica para bebés prematuros.
Esta tragedia, que ha conmocionado tanto a España como a Marruecos, motivó la llegada a Mdiq de numerosos medios comunicación locales y extranjeros, deseosos de describir minuto a minuto todo lo relativo al funeral.
Ante las preguntas de la prensa marroquí, que quería saber si Mohamed denunciaría lo ocurrido a su hijo, el joven se limitó a decir, con lágrimas en los ojos, que "no es buen momento para pensar en eso" y pidió que le dejaran tranquilo.
Si no llega a ser por un impulso y por sus deseos de ver a su hijo, Mohamed no hubiera podido pasar con Rayan sus últimas horas, ya que su billete de avión para volver de Marruecos a Madrid tras el entierro de Dalila era para el 17 de julio.
"Con esa ilusión fue a verle, y mira después lo que pasó", dijo encendida y llorosa la madre de Mohamed, Hafida Dadach.
"Nos han quitado lo único que nos quedaba de Dalila y a mi hijo le han quitado la ilusión" aseguró la mujer, por lo que piensan pedir responsabilidades y "que se investiguen bien las cosas para que esto no vuelva a ocurrir".
La familia de Dalila tampoco se quedará de brazo cruzados y, según dijo a Efe su portavoz, Sufian Ahmed Madani, cuñado de la difunta, harán "todo lo que haga falta para saber la verdad" sobre lo ocurrido.
Entre tanto, muchos veraneantes en esta localidad turística de Mdiq seguían hoy con su habitual trajín y buscaban en las playas una escapada al intenso calor, ajenos al dolor de estas familias.
Alejandra Linares-Rivas
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