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No soy escritor... ni falta que hace (I)

  • Comenzamos una serie de textos sobre libros escritos por gente ajena a tan afamado oficio
  • Hoy, Miles Davis, un músico extraordinario de gran interés para los Infames
Por TIPOS INFAMES* (SOITU.ES)
Actualizado 07-09-2009 21:14 CET

Algunos han hecho del incomprensible y poco fiable oficio de escritor una pesadilla para los lectores. Cada cierto tiempo vuelven a ponernos los pelos de punta lanzando sin piedad al mercado otra de sus novedades insípidas con portadas en colores chillones. Una regularidad que suele afectar negativamente hasta a los escritores interesantes: ya sea para comer, comprarse un segundo chalet o simplemente por contrato, con cierta periodicidad uno debe firmar una novela con su nombre. Pero quien quiera ser escritor que no se asuste por lo que aquí decimos, porque en muchos casos no es del todo necesario terminar de escribir esas novelas, ya que hay gente a la que se le paga por ello (siempre que nos asegure que permanecerá en la sombra).

Por eso hoy hemos pensado iniciar una pequeña serie sobre libros escritos por gente ajena a tan afamado oficio. Músicos, artistas plásticos o conceptuales... y hasta equilibristas pasarán por aquí. El género al que pertenezcan nos es del todo indiferente, la única condición que les imponemos a estos textos es que logren apasionarnos.

Podría parecer que la vida de un músico tan extraordinario como Miles Davis ha despertado de por sí un interés mayúsculo entre los Infames. Y en parte es cierto, pero todo ese deseo de información quedó saciado cuando en su momento leímos (y esta es otra recomendación) la excelente biografía que Ian Carr le dedicó al músico, 'Miles Davis. La biografía definitiva' (Global Rhythm, 2005). En cambio, las razones que nos han movido a incluir en esta serie la autobiografía que Miles le 'dictó' a Quincy Troupe son más cercanas a las que nos hacen hablar de unas novelas y no de otras: ¡el libro es estupendo!

Tanta bibliografía ha generado la fascinación por la música de este genio (también puede disfrutarse en castellano de 'Miles Davis y Kind of Blue. La creación de una obra maestra'), que Miles debió pensar en que él podría hacer de su vida un libro como muchos otros han hecho, mientras que nadie tocaría la trompeta como él. Así surgió 'Miles. La autobiografía' (Alba, 2009). Se trataba de dejar reposar la trompeta sobre la mesa, enredarse en conversaciones con Quincy Troupe, poeta (autor de un conocido poema para Magic Johnson ), narrador y ensayista, para contarle toda su vida y que éste lograra darle unidad, consiguiera 'imitar' la voz narrativa de Miles y luego la pusiera por escrito: su vida tal y como la recordaba o quería que fuera vista por los demás. Por eso pasa rápidamente por algunos pasajes, casi de puntillas, insiste, y repite otros con intención de aclarar lo que según él no son más que malentendidos cometidos por sus biógrafos, rumores y mentiras que por repetirse algunos han terminado por creerse.

Es tan fácil dejarse llevar desde que suenan los primeros compases de 'So what', con el que se abría su conocidísimo disco 'Kind of Blue', como por el inicio apasionado de esta biografía: "Mira, la sensación más fuerte que he experimentado en mi vida (con la ropa puesta) fue cuando oí por primera vez a Diz y a Bird juntos en St. Louis, Missouri, allá por 1944. Yo tenía dieciocho años y [...]"

Parte del acierto que convierte este libro en algo más que una acumulación de datos que el biografiado quiere contarnos, es precisamente el logro —mérito atribuible a Quincy Troupe— de trasponer la forma de hablar de Miles por escrito. No el susurro casi afónico con el que parecía hablar , sino el tono directo, apabullante y lleno de jerga para contarnos su propia concepción de la música. Monk tocaba una "mierda increíble", Bird tocaba como un auténtico hijoputa, o Dizzy tocaba hasta perder el culo... y lindezas del estilo: Coltrane , "un hijoputa sensacional" que en su momento fue la voz que Miles Davis necesitaba oír del saxo tenor para lanzar la suya propia.

Miles consigue transmitir una verosimilitud cercana a la confesión pegada a la barra de bar: sabemos que quien nos habla seguramente nos miente, parece ocultar datos y tergiversa con naturalidad los comentarios de los demás... pero qué más da si consigue tenernos embobados durante muchísimo tiempo. Ejerce la misma atracción y despierta la misma sospecha que los mejores personajes-narradores de algunas novelas.

El hecho de conocer algo de su vida y discografía (no hay que ser un experto en música para engancharse con 'Miles. La autobiografía') aumenta nuestras ganas de seguir leyendo. Así, después de asistir al final del capítulo a la formación del gran quinteto de Miles Davis, junto a John Coltrane, Red Garland, Paul Chambers y Philly Joe Jones, seguimos leyendo ansiosamente porque sabemos que quedan pocos años para que en 1959 grabe ‘Kind of blue’ con su sexteto... y así hasta cambiar el rumbo de la música del siglo XX en alguna ocasión más.

Miles pasándolo bien por Harlem, deambulando por los clubes de la calle 52... Recuerda sus terribles años enganchado a las drogas, y todo lo que podía hacer para proveerse de material: robar a los amigos, seleccionar sus contratos para tocar según la cercanía a los lugares donde pudiera conseguir heroína, sacarle dinero a las putas para mantener su adicción; las consecuencias del 'Birth of the cool', que pareció surgir como alternativa al bebop y el ascenso posterior de músicos blancos como Chet Baker o Stan Getz; las posibilidades creativas que supusieron liberarse del cepo de los tres minutos que imponían los discos de 78 rpm o los continuos cambios de formaciones musicales. Todo sobre este maravilloso genio (y contado por él mismo), que siempre hizo con su vida y trompeta lo que estimó oportuno para alcanzar con su propio estilo nuevos límites en la música.

Uno ha de tener estilo en cualquier cosa que haga: literatura, música, pintura, modas, boxeo, todo. Algunos estilos son ingeniosos, creativos, imaginativos e innovadores y otros no lo son


*Alfonso Tordesillas, Gonzalo Queipo y Francisco Llorca forman el colectivo literario 'Tipos Infames'.

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