Phnom Penh.- El primer ministro de Camboya, Hun Sen, aseguró hoy que no habrá más juicios que los cinco previstos en el tribunal internacional contra el Jemer Rojo, al día siguiente de que la ONU reafirmase la independencia de la corte que juzga el genocidio camboyano.
Hun Sun dijo en un acto público que los magistrados nacionales superan en número a los de Naciones Unidas, tres a dos, en el panel que examina las acusaciones, por lo que no es posible que prosperen nuevos casos sin el visto bueno de Camboya.
El fiscal William Smith ha recomendado este mes procesar a otros cinco antiguos mandos del Jemer Rojo porque "permitirá llevar mejor justicia a los crímenes cometidos durante el régimen de la Kampuchea Democrática, entre 1975-1979".
Su homólogo camboyano ya expresó el pasado diciembre su oposición a enjuiciar a más personas.
Cinco antiguos ex jemeres rojos, cuatro de ellos pertenecieron a la cúpula de la organización, están detenidos o son juzgados en la actualidad.
Se trata de Nuon Chea, de 82 años, el hermano "número dos"; el ex viceprimer ministro y titular de Asuntos Exteriores, Ieng Sary, de 83 años; su esposa, Ieng Thirit, de 76 años, que dirigió la cartera de Asuntos Sociales; el presidente del régimen de Kampuchea Democrática, Khieu Samphan, de 77 años; y el antiguo director del centro de torturas Tuol Sleng, Kaing Guek Eav, conocido como 'el camarada Duch'.
El juicio de Duch empezó en febrero y está previsto que se pronuncie una sentencia a principios del año próximo.
"No voy a permitir que nadie destruya la paz que se ha conseguido", aseguró el lunes pasado en otro acto Hun Sen, quien mantiene la hipótesis de que el tribunal internacional es una amenaza potencial a la frágil unidad nacional de un país que empieza a salir de décadas de guerra civil.
Naciones Unidas tiene de su parte la normativa internacional que establece "con claridad" que este modelo de cortes "no necesita en su funcionamiento el permiso o el asesoramiento del poder Ejecutivo", según recordó ayer el coordinador de la ONU en este tribunal internacional, el noruego Knut Rosandhaug.
Uno de cada cuatro camboyanos, o en torno a 1,7 millones de personas, fue ejecutado en las purgas o murió de hambruna o enfermedades en los campos de trabajos forzados durante el tiempo que el Jemer Rojo gobernó Camboya, entre 1975 y 1979.
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