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Cinco razones por las que merece la pena albergar los Juegos Olímpicos

  • El director de comunicación de los Juegos de Barcelona 92 explica los principales beneficios
Por PEDRO PALACIOS* (SOITU.ES)
Actualizado 01-10-2009 12:44 CET

¿Para qué sirven unos Juegos Olímpicos? ¿Es justificable tremenda movida? ¿Vale la pena invertir tantos millones de euros para alcanzar la elección? El director de comunicación de Barcelona 92, te cuenta los beneficios que supodrá para Rio.

Estas preguntas, que mucha gente se formula estos días, tienen una respuesta clara y rotunda: Sí. Organizar los Juegos Olímpicos es un buen negocio para la ciudad/país que afronta este compromiso. Siguiendo el trazo de los anillos olímpicos, repasemos el porqué en cinco razones.

  1. Aro rojo. Los Juegos ponen a la ciudad en el mapa del mundo. Los JJOO son el evento global por excelencia, el que cuenta con mayor cobertura mediática. Hay un antes y un después en la ciudad que los alberga. La ciudad organizadora es protagonista de la mayor campaña de publicidad jamás soñada, con una inversión imposible de calcular.
  2. Aro verde. El legado. Tras la celebración de los JJOO, el famoso día después, la ciudad recibe una importante herencia: cuenta con una nueva red de instalaciones deportivas que se pondrá al servicio del ciudadano y del espectáculo deportivo. Además, las infraestructuras viarias, aeropuertos y transporte colectivo mejorarán notablemente. La ciudad se viste con sus mejores galas y ofrece su cara más atractiva.
  3. Aro negro. Impulso al deporte. Los Juegos son una gran plataforma para que los ciudadanos vivan y practiquen deporte. Y, a través de él, se consiguen hábitos más saludables que revertirán en nuestra calidad de vida. El ejemplo más preclaro son las 22 medallas olímpicas conseguidas por el equipo español en los Juegos de Barcelona 1992.
  4. Aro amarillo. Reactivación económica. Las importantes inversiones (de las diversas administraciones y del sector privado) son un importante motor para la reactivación de la economía (en Barcelona el impacto económico directo se calculó en un billón, con be, de las antiguas pesetas). La ciudad que organiza los Juegos se convierte en la ciudad de moda, generadora de una atracción planetaria, con millones de turistas que llenarán los nuevos hoteles y que aportarán riqueza a la ciudad (hoteles, restaurantes, taxistas, comercio...). El caso de Barcelona sigue siendo un ejemplo a seguir.
  5. Aro azul. Mejora la autoestima colectiva. Nos hemos referido a obras, a carreteras, estadios o infraestructuras. Pero hay más. Se trata de un valor intangible. La ciudad que supera la prueba, alcanza prestigio mundial y es una referencia colectiva. Alcanzar este estado de éxtasis, vivir esta especie de nirvana global es la mejor vacuna contra el desaliento colectivo que nos invade. Demostrar que se ha tenido la capacidad de hacerlo ('we can do it') ayuda a mejorar la autoestima y el orgullo colectivo. Sólo por eso, ya vale la pena.

Y un deseo. Madrid 2016 está a punto de alcanzarlo y de tocar el cielo con los dedos. Que la suerte le acompañe y que los miembros del CIO voten el proyecto más sólido.

Entonces, seguro que ganará Madrid.


*Pedro Palacios es periodista y experto en comunicación olímpica. Fue director de Comunicación de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.

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