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Juan José Campanella: "Si rodara 'House' como mis películas me echarían"

Por ALBERTO MORENO (SOITU.ES)
Actualizado 08-10-2009 21:07 CET

SAN SEBASTIÁN.— Pasó por San Sebastián hace tres semanas y arrasó entre la crítica y el público, no así en el palmarés; pero bueno, ya ha entrado en la carrera por el Óscar vistiendo la albiceleste con 'El secreto de sus ojos', que ha sido todo un hito en su país y funciona estupendamente en el nuestro desde que se estrenara el 25 de septiembre.

Sin embargo ése el Juan José Campanella que todos conocemos, el artífice de la histórica 'El hijo de la novia', el que se suele asociar con Darín para alternar risa y llanto con sutileza de prestidigitador. Hoy no vamos a hablar de él, sino que bordearemos al Campanella más mediático y nos centraremos en el que dirige televisión para ahorrar como la hormiguita y así poder sacar adelante sus proyectos más personales. Lo que nos contó en el Hotel María Cristina es lo que hace cuando no está rodando booms argentinos.

Su voz tiene ritmillo, musicalidad, la misma que codicias a la hora de emprender una conversación de discoteca. "Dios, si hablara como Campanella sería imparable". Y esa frase la hemos pensado todos. Afable él, afable yo, le desvío de la promoción de la película con la primera pregunta. O más bien me descoloca él, porque en vez de contestarme que el 'El secreto de sus ojos' (lo que querría su jefa de prensa), me suelta que "'Vientos de agua' es el trabajo en que más he abarcado. No tendría fuerzas para hacerlo de nuevo. Es más, no sabría". Ha picado el anzuelo. Vamos a hablar de tele.

Formado académicamente en EE.UU. ha participado como director en 11 series, casi siempre en capítulos sueltos de cada una, como suele ser la práctica habitual de la industria televisiva de allí. Entre sus dos películas norteamericanas hasta la fecha —'El niño que gritó puta' (1991) e '...Y llegó el amor' (1997)— comenzó a foguearse, pero siempre en productos alejados del prime time, poco vistos. Sin embargo, el éxito internacional de sus dos largos posteriores 100% argentinos (nominación al Óscar incluida para 'El hijo de la novia' en 2002) le catapultaron a productos como 'The Guardian' o 'Ley y orden: Acción Criminal'.

Eso le debió dar fuerzas (y pesos) para afrontar 'Luna de Avellaneda' y la posterior miniserie ya mencionada, 'Vientos de agua'. De repente era un creador bicéfalo muy valorado por su talento artesano en la industria del entretenimiento enlatado y autor reconocido en el resto del mundo. La mejor televisión ('House', 'Seis grados', '30 Rock' o 'Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales' —la buena de las dos—) llamó entonces a su puerta.

No deja de tener lógica que entrara a formar parte de la familia de 'House' porque, parémonos a pensar, los personajes que Campanella escribe para Ricardo Darín poseen ese mismo cinismo chisporroteante, con la palabra "boludo" siempre colgando de la comisura, que el Sherlock Holmes de las enfermedades infectocontagiosas. En un remake hispano de la serie, Darín sería el "doctor rabietas". Y a la inversa, igual. Hugh Laurie y él son dos actores enormes equivalentes. "Ese humor que yo manejo existe antes de Hugh Laurie", se defiende en broma. "Por eso me llevo muy bien filmando 'House', porque Laurie emboca mucho conmigo, igual que los autores; todos tenemos el mismo sentido del humor, pero tampoco lo inventamos ninguno de nosotros".

Hay una escena de 'El secreto de sus ojos' en la que Darín experimenta una especie de epifanía y todas las piezas del misterio empiezan a cuadrarle, similar procedimiento al último punto de giro de cada capítulo de la serie médica de Fox. ¿Será que el Campanella autor bebe del Campanella director por encargo? "Más bien diría que Campanella y toda su familia comen del director por encargo, pero si te refieres a la forma de filmar, para nada. Como esta filmada 'El secreto de sus ojos' me echan de House de una patada en el culo al día siguiente. Tanto en encuadre como en puesta en escena. Es imposible filmar así en una serie".

Algo debe hacer bien porque le siguen llamando y además ostenta el honor de haber dirigido el capítulo más visto de la ya de por sí muy vista serie. "El capítulo que hizo el récord fue el de la chica del aborto ('One Day, One Room'). En ese momento supuso toda una revolución en la serie, un episodio que sólo permitieron hacer porque lo escribió su creador (David Shore). Fue distinto por ser el primero que no trataba de la enfermedad de la semana; no habia nada que averiguar. Era un puro piripipí de dos tipos (él y la chica) con 30 páginas por rodar de ellos hablando dentro de una habitación. De cualquier modo, sigo sin entender cómo puede seguir siendo el más visto. No me puedo creer que toda Norteamérica se estuviera llamando después de los tres primeros minutos. No se de qué depende la variación de audiencia semana a semana", reflexiona.

La televisión, con las alforjas siempre cargadas de dólares, supone un cambio sustancial en medios y modos de trabajo con respecto a las delicias que este hombre divertido, sonriente y recién instalado en la cincuentena nos regala de vez en cuando. Paradójico contraste porque cada capítulo del que se hace cargo es más caro de por sí que las cintas a cuyos guiones dedica mucho tiempo más varios meses de rodaje ("Me dicen que el método Campanella consiste en introducir un chiste cada tres minutos y medio, pero yo no estoy de acuerdo, porque si fuera así de automático, no tardaría un año y medio en escribir los guiones", declaró en rueda de prensa). Las películas son aquello por lo que será recordado y ¡anda que no cuesta sacarlas adelante!

"'El secreto de sus ojos' costó dos millones de dólares y cada capítulo de 'House', unos tres. Es probable que el sueldo de Hugh Laurie en cada capítulo sea la mitad del presupuesto de la pelicula, pero es normal porque son costos de Argentina versus costos de Estados Unidos. 'House' son tremendos decorados de la Fox, por los que hay que pagar un alquiler tremendo y nosotros 'El secreto...') trabajamos gratis. Pero cuando se llega a la filmacion hay que meterle pata igual a una cosa que a otra", declara.

Para acabar le proponemos un juego a este hombre singular y versátil que ha tratado con estrellas tanto de la grande como de la pequeña pantalla: que nos hable de unos y otros y nos diga cómo son de cerca. Pocas palabras le son suficientes para describir a cada uno.

  • Ricardo Darín: "El actor mas empático que conozco para una audiencia".
  • Eduardo Blanco: "Uno de los mas grandes actores con los que trabajé, además de un hermano".
  • Soledad Villamil: "Ella es todo autoridad".
  • Natalia Verbeke: "Me enternece su fragilidad".
  • Héctor Alterio: "Lo mejor de lo mejor en todos los sentidos".
  • Tina Fey: "Muy ingeniosa y muy macanuda".
  • Alec Baldwin: "El unico actor que me hizo arruinar una toma por no poder reprimir la carcajada".
  • Hugh Laurie: "Es un gran actor, gran compañero y gran profesional, pero todo eso lo sufre como si fuera un castigo. 'Está cansado de ser feliz', como dice Darín en 'El secreto de sus ojos'".

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