Merkel entra en el reducido grupo de invitados al Rancho de Crawford de Bush

Washington.-  La canciller alemana, Angela Merkel, llegará hoy a Estados Unidos para reunirse con George W. Bush en su rancho de Crawford, en Texas, un honor que el presidente de EE.UU. reserva solo para aquellos mandatarios que considera más próximos.

ampliar foto

(EFE)

En la imagen, la canciller alemana Angela Merkel durante una conferencia de prensa.

Tal y como explicó esta semana el propio Bush, en declaraciones a distintas cadenas de televisión alemanas, harán "lo que ella quiera".

Está previsto que la canciller alemana llegue a primera hora de la tarde (local) a Texas, donde ambos celebrarán una cena privada.

El sábado se prevé que al mediodía ambos mandatarios ofrezcan una conferencia de prensa conjunta, en la que tratarán algunos asuntos candentes de la política internacional.

Merkel viaja acompañada por su marido, Joachim Sauer, y la visita responde a una invitación hecha por Bush y por su esposa, Laura.

En las conversaciones entre Merkel y Bush se abordarán asuntos como el proceso de paz en Oriente Medio, el conflicto en torno al programa nuclear iraní, la crisis humanitaria en Dafur o la lucha contra el terrorismo internacional.

También se tratará el tema del cambio climático y asuntos relacionados con la alianza transatlántica, entre otros muchos.

Pero además de la importancia de los temas de los que hablarán, otro de los aspectos a destacar de este encuentro es el recibimiento que dispensa Bush a Merkel al invitarla en uno de sus espacios más privados, un privilegio solo permitido a unos pocos.

Se trata de un refugio personal del presidente de EE.UU., adonde solo lleva a aquellos dirigentes extranjeros a los que quiere agasajar.

Los Reyes de España; el presidente ruso, Vladímir Putin; el ex primer ministro británico Tony Blair o el presidente colombiano, Álvaro Uribe, se encuentran entre esos "pocos elegidos".

Todos ellos han sido algunos de los pocos huéspedes que han tenido la oportunidad de poder disfrutar de la hospitalidad de Bush, en una residencia radicada en las llanuras de Texas.

Lo que ambos harán en sus ratos libres no se sabe, pero el presidente explicó en la entrevista a los medios alemanes que si ella quiere que vayan de excursión, irán.

"Tengo ganas de enseñarle parte de una propiedad que llevo en el corazón", sostuvo.

Una propiedad en la que Merkel podrá ver de todo, desde bosques, hasta cascadas, cañones y fauna y vegetación de todo tipo.

"No será (un encuentro) muy formal, será una conversación entre amigos. No puedo agradecerle lo suficiente que venga", aseguró Bush.

Este encuentro personal responde al hecho de que Merkel y Sauer recibieron al matrimonio Bush en verano de 2006 en la pequeña localidad de Trinwillershagen, en el estado federado de Mecklenburgo-Pomerania (este de Alemania), región de donde procede la canciller.

Que el encuentro se produzca en un ambiente familiar también recalca el buen momento de las relaciones políticas entre Washington y Berlín.

Bush ya lo dejó claro esta semana: Estados Unidos necesita a Alemania para enfrentarse a "papas calientes" como Irán o Afganistán, entre otros.

"Necesitamos la ayuda de Alemania para resolver diplomáticamente el problema con Irán", dijo Bush y añadió que respeta la decisión del Gobierno alemán de no enviar tropas al sur de Afganistán.

Sin embargo, Bush evitó comprometerse sobre si apoya las aspiraciones alemanas de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU

El presidente señaló que era partidario de una reforma de la organización y que "claramente" Alemania es un país "importante", pero explicó que, salvo en el caso de Japón, no había tomado partido por nadie.

También se mostró muy respetuoso con el hecho de que Berlín no quiera proporcionar tropas para el sur de Afganistán.