La soprano Anna Netrebko arrolla como Violeta en la Deustche Oper de Berlín

Berlín.-  La soprano rusa Anna Netrebko se subió por primera vez esta noche al escenario de la Deutsche Oper de Berlín, se metió en la piel de una prostituta enamorada y triunfó, así de simple, como en cada una de sus apariciones en los teatro del mundo.

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(EFE)

La soprano rusa Anna Netrebko se subió por primera vez esta noche al escenario de la Deutsche Oper de Berlín.

Netrebko arrolló incluso antes de salir a escena y demostrar que su voz, pese a tantas galas, grabaciones, sesiones publicitarias y ampliación vertiginosa y hasta forzada de repertorio, no sólo sigue intacta sino que madura, crece en registro y atina más en los pianissimos.

El mero anuncio de que pasaría por Berlín para cantar el papel de Violeta Valery, en las tres representaciones de La Traviata de Giuseppe Verdi, previstas para noviembre en la Deutsche Oper, bloqueó las centralitas y obligó a poner en cuestión de días el cartel de "ausverkauft" (agotado) en las taquillas.

Poco antes de que hoy comenzara la primera de esas tres funciones las entradas se pagaban en reventa a 250 euros.

Ante tanta expectación y presencia de fanáticos, el éxito de Netrebko estaba asegurado y el público no tardó en prodigarlo, interrumpiendo intermitentemente la representación con sus aplausos, lo que impidió zambullirse de lleno en la crítica que hizo el italiano Guiseppe Verdi (1813-1901) con este drama lírico a la hipócrita y moralista sociedad de la época.

Netrebko debutó con una producción del que fuera emblema artístico de la Deusche Oper, Götz Friedrich, estrenada en 1999 y un reparto a su altura, el tenor polaco Piotr Beczala en el papel de Alfredo y el barítono Stefano Antonucci como Giorgio, padre de éste.

Beczala y Netrebko no irradiaron en escena el erotismo de la pareja Netrebko-Rolando Villazón, creada por el marketing operístico tras la exitosa aparición de ambos en el Festival de Salzburgo de 2005, pero ni la Violetta de Friedrich es tan picantona como la de Wolfgang Gussmann ni la actuación del polaco desmereció.

Aunque la noche era de Netrebko, Beczala, con un hermoso timbre y excelente en los agudos, fue un excelente Alfredo y no en vano recibió ostentosas muestras de admiración, lo mismo que el barítono italiano, con unos graves aterciopelados y gran presencia escénica.

También hubo aplausos para los papeles secundarios y de forma muy especial para la orquesta, dirigida por el todavía director musical de la Deutsche Oper, Renato Palumbo.

El maestro italiano supo aprovechar la ocasión de dirigir esta Traviata con Netrebko en el papel protagonista para intentar salir por la puerta grande demostrando que las críticas a su dirección son, al menos cuando se trata de un autor italiano, infundadas.

Palumbo mantuvo el tempo correcto y fue medido en decibelios, lo que permitió una audición muy compensada de instrumentos y voces.