Mateo Díez escribe una "fábula moral" sobre el niño que todos fuimos

Sevilla.-  "La gloria de los niños" es la última novela del escritor y miembro de la Real Academia Española Luis Mateo Díez, que ha pretendido "contar una fábula moral que recupera al niño más o menos feliz, más o menos bueno y desde luego inocente que todos hemos sido".

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(EFE)

"La gloria de los niños" es la última novela del escritor y miembro de la Real Academia Española Luis Mateo Díez.

"He querido hacer reflexionar al lector acerca de las posibilidades que tiene este mundo de mejorar si sabemos recuperar el camino a la bondad que tuvimos", ha manifestado Mateo Díez en una entrevista con Efe.

"La gloria de los niños" (Alfaguara) narra las peripecias de Pulgar, un muchacho que atraviesa la hostilidad de un escenario de posguerra para buscar a sus hermanos perdidos, tal y como le ha encomendado su padre antes de morir.

Este viaje, que Pulgar realiza acompañado de un perro y de un pícaro llamado Rovira, tiene mucho de "aureola legendaria", según ha expresado su autor, ya que en realidad se trata de un viaje iniciático hacia la madurez.

El escritor ha explicado que su intención era la de situar a un niño "heroico" en un ambiente de hostilidad y desamparo, como puede ser el de una posguerra, si bien este entorno que rodea a Pulgar, lleno de personajes sacados de la picaresca, requiere y ayuda al muchacho y es "contaminado" por su bondad.

La historia, ambientada según su autor en una provincia imaginaria del noroeste de la Península ibérica, toma muchos elementos propios de los cuentos infantiles y de las fábulas populares.

Así, Pulgar -un trasunto de Pulgarcito- es acompañado durante toda la novela por la voz de su madrina, "en realidad una especie de hada madrina que lo ayuda, lo estimula, y asienta los cimientos de su poder, que es el de la inocencia".

En este sentido, Mateo Díez ha opinado que "la inocencia no es la capacidad para ser víctima de nadie, sino en realidad un poder para enfrentar las vicisitudes", aunque ha lamentado que "esto, en la vida real, sea más complicado".

"A lo largo de mi trayectoria como escritor había un punto de llegada donde me estaba esperando este niño, que tiene mucho del niño que yo fui, aunque no nos parezcamos. ¡Qué más quisiera yo!", ha manifestado.

A este respecto, Mateo Díez ha recordado la fascinación por la infancia que siempre ha sentido y cómo un sueño infantil le valió como motivo principal en su discurso de ingreso de la Real Academia.

"El Pulgar adulto se sentirá huérfano del niño que fue, algo muy dramático, si bien estoy seguro de que será un buen hombre, cimentado en un niño heroico", ha indicado el escritor.