Religiosa relata los días previos al secuestro de dos monjas durante la dictadura argentina

Buenos Aires.-  Evelyn Lamartine, quien fuera madre superiora de dos monjas francesas desaparecidas durante la dictadura argentina, relató los días previos al secuestro de las religiosas y hasta reveló que llamó a una de ellas para que escapara, pero ésta se negó.

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(EFE)

Homenaje realizado en 2005 a la monja francesa Leonie Duquet, desaparecida en 1977 durante la dictadura militar argentina, en la Iglesia de la Santa Cruz.

Lamartine, de 74 años, fue madre superiora de Léonie Duquet y Alice Domon en la orden de Argentina de las Misiones Extranjeras de París, antes de que las monjas francesas desaparecieran en 1977, durante la última dictadura militar argentina (1976-1983).

La monja, que actualmente continúa con sus funciones en el Conurbano bonaerense, conoció a Alice Domon en el noviciado en Francia y, luego de convencer a su compañera de no ir a India, llegaron juntas a Argentina el 5 de febrero de 1967, según contó en una entrevista publicada hoy por Clarín.

"Léonie ya estaba trabajando acá, en villas y colegios", explicó Evelyn, quien relató que más tarde ambas se involucraron en la lucha de las Madres de Plaza de Mayo porque "en ese momento, ellos también estaban entre los más desamparados".

"Ya en el 77, la cosa estaba peligrosa, lo sabíamos, pero no sentíamos miedo, sino bronca", recordó.

Lamartine indicó que Alice y Léonie habían intentado renunciar a la Congregación para no comprometer al resto de las religiosas, pero finalmente el obispo de Toulouse les concedió una licencia.

Rememoró además que en una marcha en Buenos Aires junto a familiares de desaparecidos, en la que rezaban el rosario, Alice fue detenida con otra monja llamada Yvonne, mientras que Léonie se salvó aquella vez porque se había vuelto antes.

"Las llevaron a una comisaría. Me avisaron y salí corriendo a pedir un velo para ir a buscarlas" porque no llevaban los hábitos para no verse diferentes, y luego de hablar con el comisario, las religiosas fueron liberadas al día siguiente, aunque quedaron "en investigación".

Evelyn contó que Léoni y Alice comenzaron a elaborar las listas de desaparecidos y recolectaban dinero para ayudar a los familiares en la búsqueda de los mismos.

"La última vez que vi a Alice fue 15 días antes de que se la llevaran. Estaba llena de proyectos: quería abrir una escuela y planeaba visitar a su familia en Francia. La acompañé a tomar el colectivo (ómnibus)", relató.

El 8 de diciembre de 1977 un seminarista le avisó que habían secuestrado a Alice y llamó a Léoni, le contó y le rogó que se fuera, pero la monja francesa se negó al argumentar que quizás Alice volvía "con hambre" o con ganas de "bañarse".

Dos días después secuestraron en una iglesia a Leóni Duquet, cuyos restos fueron identificados hace un año por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Lamartine contó que recorrió a partir de allí tribunales y comisarías para obtener información sobre el paradero de las monjas y hasta visitó al entonces representante del Papa, monseñor Pío Laghi, pero no logró su ayuda.

"Uno siempre las sigue esperando", afirmó Evelyn, quien reveló además que uno de los vecinos más devotos del barrio donde trabajaba en aquel momento era el dictador Jorge Rafael Videla.

"Nunca imaginamos que iba a formar parte del infierno que vendría después", dijo.

La desaparición de las monjas Léonie Duquet y Alice Domon es atribuida al ex marino Alfredo Astiz, quien fue condenado en ausencia a prisión perpetua por un tribunal francés y está procesado y detenido en Argentina por violaciones de los derechos humanos.

Astiz comandaba un grupo paramilitar que actuaba en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), el mayor centro clandestino de detención durante el régimen, y con el falso nombre de Gustavo Niño se infiltró entre allegados a las Madres de Plaza de Mayo como si fuera familiar de un desaparecido a manos de la dictadura, según las investigaciones judiciales.