Ibarretxe defiende la cláusula 53 del Tratado de Lisboa para evitar una "neonacionalización"

Bilbao.-  El lehendakari, Juan José Ibarretxe, reclamó hoy al Gobierno central que firme la cláusula 53 del Tratado de Lisboa para evitar que se produzca una "neonacionalización" en Europa y que los Estados asuman competencias transferidas a las regiones.

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(EFE)

El lehendakari, Juan José Ibarretxe, durante su intervención en un seminario sobre el nuevo tratado de la Unión Europea, celebrado hoy en Bilbao.

Así se pronunció Ibarretxe en la inauguración de un seminario sobre el nuevo Tratado de la Unión Europea (UE), organizado por la Fundación Sabino Arana, en el que también participaron, entre otros, el ex presidente de la Generalitat de Cataluña Pasqual Maragall y el ex comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa Álvaro Gil-Robles.

Ibarretxe subrayó que la citada cláusula, propuesta por Bélgica, "no debe pasar desapercibida" porque sin ella se abriría la puerta a que el principio de subsidiariedad sirva para que los Estados asuman competencias hasta ahora ejercidas por las regiones y ello derive en una "neonacionalización" de los estados miembros.

Además, el lehendakari reclamó que el Concierto Económico y la fiscalidad vasca sean recogidos también en una cláusula del Tratado de Lisboa, que se firmará el próximo 13 de diciembre.

Para Ibarretxe, este sistema se puede "exportar" a Europa, donde contribuiría, según señaló, a la armonización fiscal.

Instó a la UE a reconocer a los actores políticos que no son estados y consideró que la realización de consultas a la ciudadanía es un "instrumento" para avanzar en la construcción europea desde el reconocimiento a la identidad de los pueblos.

El lehendakari defendió la validez del Tratado de Lisboa pese a sus "agujeros", porque ha servido para superar la "crisis" surgida tras el rechazo a la Constitución en Francia y Holanda.

No obstante, dijo que este texto "no es suficiente" porque mantiene la actual estructura europea, articulada en torno a "un contrato entre estados" y no impulsa la participación de las "naciones" en su construcción.

Consideró que la actual crisis de la Unión obedece a la desconfianza de sus miembros, al "egoísmo profundo" de sus estados, a la abstención del electorado y a la falta de un liderazgo claro, en especial en política exterior.

Ibarretxe señaló que corresponde a los gobernantes impulsar "ideas y líderes que hagan ilusionante la idea de Europa" y, pese a la crisis, se mostró optimista sobre el futuro de la Unión porque "hay cola para entrar y nadie quiere salir". "Hace mucho viento y mucho a frío al margen de Europa", advirtió.

Por su parte, Pasqual Maragall consideró que el Tratado de Lisboa es "insuficiente" porque, entre otros aspectos, no reconoce "que estado y nación no es lo mismo", aunque servirá para "seguir avanzando" en la construcción europea.

Maragall aseguró que Europa tiene "todo lo necesario para ser una gran potencia", pero matizó que presenta una gran complejidad de gobierno debido a que está formada por varios estados y en ella se hablan muchos idiomas.

Por ello, argumentó, su eficacia en política exterior es menor que la de Estados Unidos, país que usó como referencia. No obstante, resaltó que la UE tiene, por su carácter plural, "más capacidad de entender al mundo" que los americanos.

El ex comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Álvaro Gil-Robles, abogó por recuperar los valores y principios fundacionales de la Unión y no copiar actitudes lesivas a los derechos humanos provenientes de Estados Unidos.

Consideró que Europa no ha sabido reaccionar a los atentados islamistas y se ha limitado a apoyar a los estadounidenses en su lucha contra el terrorismo, adoptando medidas "incomprensibles" en países democráticos.