Maná presenta un espectáculo impresionante que enamoró a Costa Rica

San José.-  El frío y la llovizna desaparecieron como por arte de magia cuando Fher, Juan, Alex y Sergio, integrantes de Maná, aparecieron en el escenario e hicieron gritar unas 20.000 gargantas al unísono con el coro de "Déjame entrar", anoche en su concierto en Costa Rica.

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(EFE)

El vocalista de la banda mexicana Maná, Fher, canta durante el concierto que ofrecieron anoche, en la provincia de San José, Costa Rica, como parte de su gira "Amar es Combatir".

Los mexicanos ofrecieron en San José un espectáculo impresionante que combinó un enorme escenario, tres pantallas gigantes con animaciones digitales e incluso elementos como fuego y agua que acompañaron su muy famoso rock latinoamericano.

Fher, el vocalista, saludó a sus miles de fanáticos costarricenses vestido con pantalón de cuero y camisa negra, un saco largo rojo y su característica melena rizada.

"San José de Costa Rica, miren toda esta gente, se dejó venir el país entero", exclamó Fher al mirar el estadio Ricardo Saprissa lleno a reventar.

"Los extrañamos mucho, país hermano, esta noche va a ser una fiesta", saludó el cantante antes de entonar la segunda canción de la noche, y uno de los mayores clásicos de la banda, "Oye mi amor".

Maná visitó Costa Rica como parte de su gira "Amar es combatir", título de su más reciente disco, por lo que la tercera canción de la noche fue "Manda una señal", parte de esta producción.

Ya con el público en su bolsillo, los rockeros hicieron un recorrido por sus más de 20 años de carrera, que continuó con "Vivir sin aire", "Bendita tu luz" y "Cuando los ángeles lloran", tema que aprovecharon para felicitar al país centroamericano por su reputación de amante y protector de la naturaleza.

"Continúen siendo un país así de bello, así de bonito, que respeta la naturaleza. Nos encantaría que en toda Latinoamérica fuéramos más como ustedes", dijo Fher, e hizo vibrar el estadio en aplausos antes de que la banda reapareciera vestida completamente de negro y con máscaras blancas para cantar "¿Dónde jugarán los niños?", un tema que llama la atención sobre la destrucción del planeta.

La fiesta continuó con un "solo" del baterista Alex, en el que se lució haciendo malabares con los bolillos, tocando de pie sobre su batería y hasta de espaldas.

"Ojalá pudiera borrarte" y "Mariposa traicionera" fueron las siguientes canciones que coreó un público eufórico hasta que Fher invitó a una joven a subir con él al escenario, tomarse una copa de vino y brindar por Costa Rica.

Sentado en un sofá con forma de labios de mujer, en compañía de la joven y de Sergio, el guitarrista, Fher entonó una especie de popurrí improvisado según las peticiones a gritos del público, que incluyó éxitos como "Eres mi religión", "Te lloré un río", "Cucú", "Cachito", "De pies a cabeza" y "Se me olvidó otra vez".

Maná ya llevaba más de una hora en el escenario cuando las notas de "corazón espinado" pusieron a bailar las 20.000 almas del estadio, que no pararon de moverse cuando Alex, desde su batería, cantó "Me vale", y luego, a todo pulmón, entonaron el clásico mexicano "El rey".

Una cortina de agua apareció en el escenario junto a las notas de "No ha parado de llover", y sobre ella se proyectaron imágenes para acompañar "En el muelle de San Blas", con la que los mexicanos dijeron un adiós momentáneo tras meterse dentro de una maleta de utilería.