El acusado de matar a Agueda G. alega que una discusión monetaria fue el origen de su muerte

Vigo.-  Francisco Javier R. B., de 30 años, acusado de asesinar Agueda G., de 21 años, en un monte de Baiona (Pontevedra), ha alegado hoy que fue una discusión monetaria la que lo llevó a estrangular y apuñalar con un cuchillo a la joven, para que se "callara".

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(EFE)

Javier R. B., de 30 años, al inicio del juicio con jurado popular que se sigue desde hoy contra él por el presunto crimen de la joven Águeda G.P.

Así explicó la muerte de Agueda el acusado, a preguntas sólo de su defensa, durante la primera jornada de la vista oral, iniciada hoy en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.

Según Francisco Javier, el pasado 11 de enero de 2006, tras llamar de manera insistente a Agueda por teléfono, quedaron en Baiona y con intención de "dar un paseo" se fueron al monte de Chan Lagoa.

El acusado negó que quisiera llevarla a ese monte para mantener algún tipo de relación con la joven, que lo único que buscaba era pedirle dinero por la complicada situación monetaria que padecía Francisco Javier en esa época.

Agueda, según el acusado, comenzó a "excitarse" discutiendo y cuando bajaron del coche de Francisco Javier, en Chan da Lagoa, éste la agarró por el cuello para que se "callara".

"Todo pasó en tres segundos y medio", señaló el acusado, quien reconoció que tras cogerla por el cuello cogió un cuchillo del interior de su coche y le asestó tres puñaladas y "no cinco como dicen aquí".

El acusado negó que hubiera comprado ese cuchillo días antes con el ánimo de matar a Agueda, ya que siempre lleva en el vehículo este tipo de armas, que adquirió, porque se le había estropeado otro.

"Ante los insultos de Agueda", explicó el acusado, éste se "descontroló" y, finalmente, "se montó la que se montó", en referencia a la muerte de la joven.

Francisco Javier dijo que "nunca pensé que iba a pasar lo que ocurrió" y agregó que "nuca tuve intención de matarla".

Por su parte, los padres y el hermano, que declararon como testigos, aseguraron que la joven y el acusado nunca habían estado juntos antes y confirmaron que la hermana del acusado, Patricia, era compañera de clase.

Alberto, el hermano de Agueda, explicó que Patricia, tras la desaparición de la joven sólo se interesó una vez por lo sucedido, pero que, después, era el novio de Patricia el que llamaba preguntando y ofreciéndose en las labores de búsqueda.

Uno de los momentos de mayor tensión fue cuando la madre de Agueda entró en la sala y no quitó la mirada del acusado, mientras respondía a la pregunta de si era la madre de la fallecida, afirmando que "sí soy la madre de Agueda, aunque esté muerta".

El juez tuvo que obligarla a quitarse una pegatina con la cara de su hija y le pidió que no apuntase con el dedo al acusado.

En la jornada de hoy se admitieron como prueba documental unos informes psicológicos del acusado, que incluyo, "in situ" la defensa.

El Ministerio Fiscal y la acusación particular piden 20 años de cárcel para el acusado por un delito de asesinato con alevosía, mientras que la defensa en cambio cree que los hechos son motivo de homicidio, por lo que solicita 5 años de prisión con el eximente de alteración psíquica.