China pedirá más tecnología y dirá no a los compromisos en conferencia Bali

Pekín.-  El equipo negociador chino viajará este fin de semana hacia la Conferencia de Cambio Climático de Bali, auspiciada por la ONU, resuelto a no asumir compromisos de reducción de las emisiones contaminantes al mismo nivel que los países desarrollados, según dijeron autoridades del sector.

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(EFE)

En la imagen, un hombre camina junto a un cartel gigante con la fotografía de un grupo de personas sembrando árboles el pasado 26 de noviembre en Yakarta, Indonesia. El cartel forma parte de una campaña sobre el cambio climático de cara a la XIII Conferencia de Partidos en el marco de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), que se llevará a cabo en Bali el próximo mes.

Objetivos claros son también el obtener una mayor transferencia de tecnología "limpia" de los países desarrollados que la poseen y beneficios de la colaboración con un "aliado" de última hora: Australia.

Encabezada por Yu Qingtai, representante especial para cambio climático, y Xie Zhenhua, subdirector de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (CNDR), los delegados chinos estarán entre los 10.000 de unos 180 países que comenzarán a discutir un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto, que expira en 2012.

"China jugará su debido papel y asumirá su parte en el proceso de reducción de emisiones, pero definitivamente no admitirá las mismas responsabilidades ni los mismos compromisos que los países desarrollados", dijo esta semana Xie ante la prensa.

La posición china está clara pese al último informe del Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), presentado esta semana, según el cual "la credibilidad de cualquier acuerdo multilateral sobre cambio climático descansará en la participación de los mayores emisores del mundo en desarrollo".

China desbancará en 2007 a EEUU como mayor emisor mundial de CO2 (principal causante del cambio climático), dice el último informe de la Agencia Internacional de la Energía, aunque sus emisiones per cápita, lo que sirve a Pekín para justificarse, estarán aún muy por debajo.

El segundo pilar de la posición que defenderá Pekín en Bali es la transferencia de tecnologías energéticas poco contaminantes de las naciones ricas al mundo en desarrollo.

Si los países ricos "quieren de verdad" apoyar a China deben pensar cómo ayudarla a cubrir los costes de esa transferencia, "la mayoría de los cuales tienen que ver con los derechos de propiedad intelectual", dijo, también esta semana, Zhou Dadi, del Instituto de Investigación de la Energía de China.

Durante las dos semanas de conferencia, los delegados chinos piensan también explorar vías para contabilizar que parte de sus emisiones proceden de la fabricación de productos para exportar para los países desarrollados.

"El 20 por ciento de la energía que consume China es para fabricar mercancías que se exportan a los países en desarrollo", subrayó a Efe Dai Yande, subdirector del Instituto.

Pekín reclama además que las multinacionales que operan en el país son también responsables, pues no adoptan las tecnologías "limpias" que sí usan en el mundo industrializado.

Ratificado por 166 países, el Protocolo de Kioto fijó como meta que 35 países industrializados redujeran sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2012 un 5 por ciento por debajo de los niveles de 1990, algo que está lejos de cumplirse.

Las negociaciones de Bali no depararán probablemente un nuevo acuerdo aunque sí un marco y un plazo (de no más de dos años) para llegar al sustituto del de Kioto.

La férrea posición china se encontrará sin duda con EEUU, quien no ratificó Kioto y se niega a firmar ningún acuerdo si los grandes países emergentes no son obligados a reducir sus emisiones.

Pero China cuenta también con un "aliado" de última hora, el nuevo primer ministro australiano, el laborista Kevin Ruud, que habla mandarín y que anunció un giro de timón en la política de cambio climático de su antecesor, John Howard, que se negó a ratificar Kioto.

"Para China y los otros grandes países emergentes, como Brasil y la India, es importante trabajar junto a los países desarrollados, y creo que con el nuevo primer ministro australiano habrá más colaboración", dijo Dai.