El torero español Migue Angel Perera salva la última fecha de la feria en Lima

Lima.-  El torero español Miguel Angel Perera instrumentó una larga faena al quinto pero pinchó en la última fecha de la feria del Señor de los Milagros en la plaza de Acho de la capital peruana.

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El peruano Freddy Villafuerte estuvo opaco y Palomo Danko mostró garra y condiciones, mientras que los toros mexicanos no ofrecieron las condiciones para triunfos de clamor.

FICHA DE LA CORRIDA.

Un toro de Fernando de la Mora (1º) y cinco de Teófilo Gómez, de correcta presentación salvo el quinto. Bueno el de De la Mora y el quinto de la tarde de humillada embestida. Los demás tardos, con poca movilidad, blandos y sosería evidente.

Freddy Villafuerte: Silencio y bronca tras aviso.

Miguel Ángel Perera: Silencio y vuelta entre aclamaciones.

Sebastián Palomo Danko: Silencio tras aviso y ovación con saludos.

Tarde soleada y media plaza cubierta.

El toro mexicano es otra cosa. Tiene dos cuernos, cuatro patas, pero no es igual al toro de origen español. Al toro mexicano que suele salir suelto en los inicios de su lidia, hay que obligarlo más a embestir, sobarlo, colocarle la muleta a la distancia justa para que no proteste en el muletazo y no agobiarlo con indecisiones.

Eso fue lo que hizo Perera al quinto en una faena que fue a más al colocarse siempre en el lugar adecuado, llevarlo largo en sus humilladas embestidas y dejarle siempre la muleta en la cara para aprovechar esas rachas típicas del ganado azteca.

Así logró cuajar series portentosas por ambos pitones, entre el júbilo de los aficionados que venían siendo defraudados por lo que venía ocurriendo en el transcurso de la corrida.

Esta empezó con un buen toro de Fernando de la Mora al que Freddy Villafuerte lanceó bien para bajar luego un tanto, ya que desfiguró sus trasteo iniciado con series correctas, acompañando al toro con la voz, cantándole para estimular al ejemplar a seguir la muleta.

A Freddy le faltó entusiasmarse con lo que hacía y componer series con más de tres muletazos para calentar al público. En el cuarto no estuvo bien y su trasteo fue indeciso.

El público le tuvo poca paciencia y Villafuerte lo resintió viniéndose abajo. Palomo Danko, en su debut en América, estuvo correcto en el que cerró la tarde, con el que logró soltarse y ligar muletazos meritorios. Aún se le nota en proceso de maduración, lo que fue obvio en el tercero al que no le encontró las distancias.

El toro era tardo para arrancar y él diluyó sus intentos, colocándose a una mayor distancia de la necesaria y querer enganchar al toro adelante.

Quizás en cercanías y con la muleta retrasada hubiera cuajado mejores muletazos, cosa que logró en algún pasaje. A su favor el hecho de ser un torero con raza, al estilo de su padre de quien tiene algunos detalles de marca.

El extremeño Perera inició su faena a su primero de manera aseada. El animal denotó su sosería desde los primeros envites. Hubo series largas, aunque no todas fueron redondas.

Cayó en un momento en la cara del toro y su sangre fría y afilados reflejos lo llevaron a hacerse el mismo el quite cuando estaba echado y a merced.

Como ya apuntamos fue a más su faena al quinto ya que supo tener la paciencia necesaria y aprovechar cuando el toro rompió a embestir descolgado y largo.