Los taxis en Gaza, una especie en extinción por falta de combustible

Gaza.-  Los taxis en la franja de Gaza se encuentran en peligro de extinción debido a la decisión israelí de interrumpir el suministro de combustible como medida de castigo en represalia a los ataques con cohetes contra su territorio.

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(EFE)

Un niño palestino, junto a un surtidor de gasolina vacío en Gaza. Los taxis en la franja de Gaza se encuentran en peligro de extinción debido a la decisión israelí de interrumpir el suministro de combustible como medida de castigo en represalia a los ataques con cohetes contra su territorio.

Una de las víctimas de la escasez de carburante es Mohammed Abu Shaqfa, de 21 años, y un grupo de compañeros de facultad, que tuvieron que regresar a pie desde la Universidad Islámica de Gaza hasta casa, tras esperar durante dos horas a que apareciera un taxi.

Mohamed y sus amigos se echaron a la calle para realizar un largo viaje de 25 kilómetros hasta la ciudad de Jan Yunes, al sur de Gaza con la esperanza de encontrar un taxi en el camino.

En una plaza próxima al centro académico se encontraron con decenas de personas en la misma situación, esperando que pasara algún vehículo junto a un grupo de caravanas aparcadas de color amarillo, distintivo local de ese tipo de transporte público.

Pero los conductores de taxis y otros vehículos no pudieron circular debido a que no tienen suficiente gasolina para viajar al sur de la franja de Gaza.

Algunos taxis, incluso, se han quedado sin una sola gota.

Y es que desde el pasado lunes las compañías distribuidoras de combustible en Gaza se niegan a recibir carburante de empresas israelíes para protestar por la decisión del Gobierno de Israel de reducir el suministro a la franja mediterránea.

La situación es ya precaria pero es que, además, el Ejército israelí interpuso el domingo una demanda ante el Tribunal Supremo de Justicia para que autorice una mayor reducción de fuel, decisión que se suma a la de interrumpir el suministro eléctrico.

Estas medidas fueron aprobadas ambas por el Ejecutivo israelí y son calificadas de "castigo colectivo" por las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Se trata de medidas punitivas destinadas a incrementar la presión sobre la población de Gaza, de 1,5 millones de palestinos, para que fuerce a las milicias a cesar sus ataques con cohetes artesanales contra localidades israelíes aledañas.

La falta de combustible coincide con los cortes accidentales de luz en vastas partes de la franja y ahonda si cabe la crisis, pues los generadores y numerosas instalaciones no pueden funcionar sin el suministro de gasóleo.

El doctor Moawia Hasanin, director del Servicio de Urgencias del Ministerio de Sanidad en Gaza, asegura que las ambulancias siguen circulando, "pero otros vehículos ministeriales también han sufrido las consecuencias de la escasez de combustible".

"Tenemos una reducción en torno al 60 o 70 en el diesel de los generadores, y se producen muchos apagones en los últimos días. Si el fuel no llega lo antes posible, los servicios básicos de salud podrían resultar afectados", advierte.

Cuando Rami al-Ghoul, de 19 años y estudiante de administración de empresas, acudió a su facultad la encontró a oscuras. "¿Que demonios sucede aquí?", se preguntó, antes de responderse a sí mismo, "claro, no hay electricidad ni combustible para hacer funcionar los generadores".

El joven comienza sus clases en la Universidad Al-Azhar de Gaza a las cuatro de la tarde y tras comprobar que no había nada que hacer se decidió a ir a fumar Shisha (pipa de agua) a la cafetería del hotel Al-Dira de la ciudad, pero se quedó estupefacto al constatar "el increíble aumento de los precios".

Hace poco fumaba con sus compañeros por sólo 10 shékels (1,77 euros) pero hoy el precio ha subido a 21 (3,72 euros).

Según advierten las compañías locales de combustible, Israel quiere suministrar un cuarto de la cantidad que solía entrar en la franja de Gaza antes del pasado mes de junio, cuando el movimiento islámico Hamás se hizo por las armas con el control de la franja.

Mahmoud al-Khozendar, miembro del sindicato de propietarios de gasolineras en Gaza, dice que Israel solía proveer con entre 300.000 y 350.000 litros de diesel, la misma cantidad de gasolina, además de 300 toneladas de gas al día.