Vivienda, el señuelo de los partidos

La vivienda es el tercer problema que más preocupa a los españoles, sólo superado por el terrorismo y el paro.

Resolverlo parecía hace cuatro años uno de los caballos de batalla del Gobierno socialista. Un nuevo Ministerio, el de Vivienda, se sumó a los ya existentes para ello.

¿Cuáles eran las promesas golosas en 2004?

• Que ningún español tenga que comprometer más del 30% de sus ingresos en pagar su vivienda.
• Favorecer el acceso a una vivienda digna a un precio asequible, particularmente a los jóvenes y otros colectivos "vulnerables".
• Frenar la burbuja inmobiliaria.
• 180.000 viviendas al año "a un precio razonable".
• Elevar el porcentaje de viviendas en alquiler de un 11% a un 20%.

Pero las promesas cuestan dinero y de estos ambiciosos compromisos se ha pasado a iniciativas chuscas como las Kely Finder o la ayuda al alquiler para los jóvenes, que al final no resulta ser tanto chollo como parecía.

¿Y cuál es la situación hoy?

• El pago de las hipotecas o de los alquileres se siguen comiendo porcentajes de la renta que, según datos del Observatorio de Vivienda Joven en España, llegan a alcanzar el 67,8% de los ingresos de una persona joven; el 42,6% si se trata de una pareja.
• El número de viviendas alquiladas, casi 1.800.000, ni siquiera alcanza al 12% del parque inmobiliario, todavía a años luz del 20% que se proponía el PSOE.
• Las elecciones se acercan y, una vez más, una de las principales bazas electorales de los partidos serán sus promesas para la vivienda.
• El total de viviendas de protección oficial iniciadas a lo largo de la presente legislatura ha sido de 286.000. Se prometieron hasta 180.000 anuales "a un precio razonable" (no sabemos lo que Zapatero considera razonable). Un total de 210.000 han sido terminadas.

Aunque ninguno de los programas electorales estará terminado hasta el mes de enero, los políticos calientan motores.

Zapatero ya ha adelantado que si gana las elecciones uno de sus principales objetivos será construir un millón y medio de viviendas de protección oficial en un plazo de diez años, es decir, 150.000 anuales. Un total de 600.000 de ellas serán de alquiler. Estas cifras son ya menos optimistas que las de la pasada legislatura. ¿Prefiere el Gobierno cubrirse las espaldas por adelantado?

Factible o no, las viviendas de protección oficial jugarán un papel clave en las promesas electorales del 9-M. Y no sólo porque la vivienda sea un tema que preocupa particularmente a los jóvenes.

(EFE)

Algunas previsiones indican que 2009 será el año en el que la vivienda baje

Aunque los precios se mantienen e incluso empiezan a bajar, la demanda cae y el que hasta ahora era el sector más pujante de la economía española sigue bajo la amenaza de pérdidas millonarias. Durante los últimos años, el negocio se ha mantenido alimentándose de precios artificiales que ya no pueden sostenerse más en las mismas condiciones.

Ante la crisis del sector inmobiliario la construcción subvencionada por el Estado puede salvar los muebles y evitar que las cifras del paro, alimentándose de este sector, se disparen.

Y es que aunque la burbuja lleva rompiéndose varios años ya, todas las previsiones coinciden en que 2009 será el año en que los españoles verán la tan augurada caída en el precio de las viviendas. Será el nuevo gobierno elegido en marzo quien tendrá que gestionar lo que muchos auguran como una crisis.

Aunque el Partido Popular tampoco suelta prenda sobre el contenido de su programa electoral en esta materia, también cree que las viviendas de protección oficial pueden jugar una gran baza.

Pablo Matos, portavoz del Partido Popular en la Comisión parlamentaria de Fomento y Vivienda, cree que para que la economía no se resienta, debe mantenerse un ritmo anual de construcción de al menos 500.000 viviendas, entre libres y protegidas, a precio tasado o concertado.

"La mitad pueden y deben ser protegidas", afirma Matos. Si esto es verdad y las cuentas no fallan, la apuesta del PP en viviendas de protección oficial probablemente también será suculenta.