Otra muerte por fiebre amarilla aumenta el temor entre los brasileños

Río de Janeiro.-  La que podría ser la tercera víctima de la fiebre amarilla en una semana en Brasil fue sepultada hoy, mientras centenares de personas hacen filas en varias ciudades para inmunizarse y las autoridades llaman a mantener la calma.

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(EFE)

Un hombre llega ayer a un centro de salud de Brasilia, en donde se agotaron las vacunas contra la fiebre amarilla. Un hombre de 46 años murió ayer en la ciudad de Maringá, estado de Paraná (sur) con síntomas de la fiebre.

Un hombre de 46 años, identificado como Almir Rodrigues da Cunha, murió ayer en la ciudad de Maringá, estado de Paraná (sur) con síntomas de la fiebre, informó a medios locales la secretaría de salud del municipio.

Según las autoridades sanitarias municipales, da Cunha habría contraído la enfermedad en "áreas de riesgo" durante un viaje a la localidad de Caldas Novas, en el estado de Goias (centro) donde permaneció entre el 22 de diciembre y el 1 de enero tras pasar con su familiares las fiestas de año nuevo.

Había sido internado el 6 de enero con un cuadro febril que según la secretaría de Salud de Maringá podría estar asociado también a la hantavirosis, el dengue y la leptopirosis.

Las autoridades sanitarias federales afirmaron que se deben esperar los resultados de exámenes de laboratorio practicados a tejidos de las tres personas muertas hasta ahora por sospechas de fiebre amarilla en lo que va de año.

La semana pasada hubo otro caso en Goiania, capital de Goias y ayer uno más en la capital federal Brasilia. Hasta ayer había ocho pacientes internados con síntomas de la enfermedad en todo el país.

El ministerio de Salud insiste en que la fiebre amarilla urbana ha sido erradicada en Brasil desde 1942.

Los 349 casos con 161 muertes registrados en los últimos 12 años en el país son de la variante "silvestre", contagiadas en zonas rurales a través de la picadura de zancudos desde primates al hombre, según el ministerio.

Las autoridades recalcan que solo deben vacunarse todas las personas que visitan las áreas de riesgo, especialmente en el norte, centro y centro oeste del país, zonas rurales y selváticas.

El ministerio de Salud insistió hoy en que la situación "está bajo control".

"No hay ninguna necesidad de vacunación en masa o de vacunar a toda la población de esos estados, porque no hay ninguna epidemia", ha dicho el ministro de Salud, José Gomes Temporão.

Pero pese a los llamados, puestos de salud de ciudades del estado de Río de Janeiro (el único que aparece completamente libre del riesgo) han visto en las últimas horas crecer las filas de personas nerviosas buscando la vacuna y en algunos lugares se han agotado las dosis, reportaron medios locales.

Las filas se mantienen en casi todo el estado de Goias -que rodea al Distrito Federal- y donde hay 50 municipios declarados en alerta sanitaria después de la muerte de unos 80 monos silvestres aparentemente víctimas de la fiebre.

En el estado de Minas Gerais (sureste) las autoridades reforzaron la campaña de vacunación después que se reportara la muerte de 19 monos silvestres a causa de la enfermedad, casos considerados "episodios centinela", que encienden las luces de alerta, según las autoridades.

En el Distrito Federal (DF) han sido vacunadas 370.000 personas desde el 29 de diciembre, 120.000 por encima de la meta fijada por la Secretaría de Salud de esa entidad.

"Se creó un pánico innecesario. Personas desesperadas se vacunan más de una vez para garantizar la protección", dijo a periodistas el secretario de Salud del DF, Joaquim Carlos.