España trata de conquistar el mercado editorial chino

MADRID.-  España busca a China y China a España. Un país con una gran oferta editorial que busca introducirse en otro con una gran demanda de novedades. El gigante dormido -China- lleva años desperezándose y ningún sector económico lo ha ignorado. El mercado editorial no quiere quedarse atrás y trata de llevarse un trozo del pastel, aunque todo lo que sea apertura y otras culturas huela a peligro en los despachos del Gobierno comunista.

José Álvarez Díaz (EFE)

El escritor tarraconense Emili Rosales (i) y Peng Lun, (d) editor jefe adjunto de Shanghai 99.

Se vieron de manera seria, por primera vez, hace dos o tres años. Se gustaron y decidieron verse al menos una vez al año. La cita sería en el Salón Internacional del Libro de Pekín, a finales de agosto. China llamó a la puerta de las editoriales y España la abrió gustosamente. Con el tiempo las citas se harían más frecuentes y ambos coincidirían en ferias europeas.

España tuvo la ayuda de algunas 'Celestinas'. Entre otras, la Federación de Gremios de Editores o el ICEX. Los 'padres' de China aceptaron la relación pero con algunas condiciones. Las únicas distribuidoras editoriales en China serían las que ya había, las estatales. La única opción que les quedaba a las editoriales españolas era vender sus derechos a las editoriales chinas para que éstas adaptaran y pusieran el producto a la venta.

De esta fructífera relación, se ha aprovechado el Grupo Planeta. Ya en 2006, la editorial china Shanghai 99 publicó la traducción al mandarín de "La sombra del viento", de Carlos Ruiz Zafón, de la que vendió 60.000 copias. Ahora, se ha presentado allí mismo, la traducción de "La ciudad invisible", de Emili Rosales, con una tirada inicial de 20.000 ejemplares.

Además, otras editoriales han adquirido libros de Fernando Savater -en la universidad de Pekín está disponible la traducción de "Ética para Amador"-, Valentí Fuster, Javier Moro y Rosa Regàs. Entre los próximos libros que pueden publicarse allí -aunque no hay nada cerrado- está "Todo bajo el cielo", de Matilde Asensi, en la que gran parte de la acción transcurre en China.

Otro de los grupos que se ha relacionado con las editoriales mandarinas es Anaya. Ellos también acudieron fieles a la cita de la Feria de Pekín en las últimas tres ocasiones. Y aunque reconocen que la población "aún no habla mucho español", se encuentran en negociaciones para venderles los derechos de material didáctico con el que aprender español.

El mercado chino resulta muy atractivo por varias razones. Es nuevo, está comenzando y los chinos representan millones y millones de potenciales lectores. Además, algunas de las editoriales ya se han dado cuenta de que imprimir sus obras en China resulta mucho más barato.