México y EE.UU. refuerzan su pacto contra el crimen con un plan de rastreo de armas

México.-  Los fiscales generales de México y EE.UU. reforzaron hoy la colaboración de sus países contra el crimen organizado a través del denominado Proyecto Gunrunner, un nuevo programa que compartirán para el rastreo trasnacional de armas.

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El país latinoamericano podrá así aprovechar la experiencia y recursos del Departamento de Justicia de EE.UU., que aumentará el control entre los proveedores de su país y rastreará con tecnología electrónica las que sean incautadas a los narcotraficantes en México.

En una rueda de prensa conjunta el fiscal general estadounidense, Michael Mukasey, presentó el plan basado en la tecnología "E-trace", que permitirá "poder saber de forma precisa de dónde están viniendo" las armas que utilizan los cárteles mexicanos y controlarlas en el origen.

"El Proyecto Gunrunner está dirigido a solucionar o mitigar el problema de violencia. Estados Unidos está destinando más recursos en varias áreas", señaló Mukasey.

El fiscal general afirmó que Washington trabaja en desarrollar "un sistema en español de esta tecnología" a fin de "convertirlo en una herramienta que las autoridades mexicanas también puedan utilizar".

El plan se dirige a "aumentar la inspección" y control del armamento ligero "particularmente cerca de la frontera", agregó Mukasey.

El fin último de la iniciativa será "revocar licencias" y "procesar" a aquellas personas que provean de armas al crimen organizado en México.

"Nuestros dos países han visto demasiada violencia perpetrada por criminales que explotan nuestra frontera. Sé que ninguno de nosotros puede resolver este problema de manera individual y espero con gran interés que perdure nuestra asociación en el futuro", apuntó Mukasey.

Estimaciones sobre armas ilegales en México que aparecen en el recién publicado Almanaque 2008 apuntan a que en el mandato de Vicente Fox (2000-2006) entraron a México 4,3 millones de armas, buena parte de ellas vendidas y distribuidas a través de 12.000 tiendas ubicadas en la franja fronteriza.

En su intervención el procurador General de la República mexicana, Eduardo Medina Mora, señaló que en los encuentros con su homólogo estadounidense se trataron también temas como el tráfico de drogas, el lavado de dinero y la trata de personas.

En este último ámbito Medina Mora señaló que ambos países habían acordado "dar un mayor impulso" al Programa Oasis, que busca proteger a los inmigrantes indocumentados y procesar penalmente en cualquiera de los dos países a los traficantes de personas, llamados popularmente "coyotes".

Sobre el reciente recrudecimiento de la violencia en México, el fiscal mexicano reiteró que el Estado "no cejará hasta lograr que recuperemos el derecho a vivir en paz en nuestras comunidades".

En particular se refirió a los asesinatos de cinco personas -tres de ellas policías y las dos restantes, esposa e hija de uno de los uniformados-, ocurridos ayer en Baja California, noroeste de México.

"Lo que ha sucedido en Tijuana, afectando a miembros de la policía de esa entidad, es un acto de cobardía. Atacar a las familias rebasa cualquier consideración de tolerancia", agregó Medina Mora.

Al respecto, Mukasey agradeció los esfuerzos que se están haciendo en México para contener la violencia del crimen organizado y equiparó a los líderes de los cárteles con "terroristas del narcotráfico".

Reiteró el respeto y admiración de su país hacia aquellos que han sacrificado su vida en esta lucha.

A futuro ambos fiscales coincidieron en la necesidad de avanzar en la "institucionalización" de la cooperación bilateral para que los esfuerzos de las actuales administraciones perduren.

La de hoy fue la segunda reunión entre Mukasey y Medina Mora después de otra que ambos mantuvieron el pasado noviembre en Washington.