¿Qué se te ha perdido a ti en el Bread & Butter?

Cientos de stands con las marcas de moda urbana más famosas del momento, djs amenizando los paseos, graffiteros decorando las paredes. Así es el Bread & Butter, un espejismo de modernidad que se celebra estos días en Barcelona. Pero no te fíes de las apariencias. Un par de horas allí y verás que es un lugar de trabajo como otro cualquiera.

Cuando veo a la gente desesperada buscando entradas para el Bread & Butter siempre les hago la misma pregunta: ¿tienes una tienda de ropa? ¿una agencia de comunicación de moda? ¿organizas una pasarela? ¿eres periodista de moda? Si la respuesta a todo es NO, ¿por qué te quieres meter en esta feria? Ah sí, porque en la tele todo parece un maravilloso mundo de fantasía moderna, como si una calle de Berlín se hubiera trasladado a la Fira de Barcelona por arte de magia, pero la realidad es que es una feria comercial donde los profesionales venden, compran y promocionan cosas, al igual que se hace en otras con una pinta mucho menos trendy como el Salón Internacional del Caravaning.

Lo creamos o no, a pesar de su aspecto de recién salidos de una rave, los asistentes a Bread & Butter van a trabajar. Los especímenes-visitantes que más abundan son compradores que buscan por los stands firmas para vender en sus tiendas; éstos son los mejor recibidos ya que al final son los encargados de colocarnos la ropa a los clientes. También hay muchos periodistas en Bread & Butter, aunque no somos los más apreciados porque, mientras un representante de la firma está charlando con nosotros sobre lo bien que le va, un futuro comprador se está aburriendo de esperar a que termine su speech para los medios. Lo sé, lo sé, a la prensa hay que tratarla bien, pero en las ferias comerciales no somos los individuos más deseados. Y si esto es así con quien se supone que ha de informar sobre el evento, ¿qué no ocurrirá con el curioso de a pie? Pues eso, ni caso.

Aún así, si decides acudir, debes ir convenientemente preparado para que este evento no sea un infierno. Escoge una vestimenta ligera y cómoda (aunque bastante chic, que no es una Feria del Ganado), fresca para no morir calcinado en las zonas de stands, y que abrigue para salir a la calle. Ármate de paciencia para soportar las aglomeraciones e intenta hacer oídos sordos a la música atronadora. Y, muy importante: ¡no cojas todo lo que te ofrezcan en los stands! O al final del día terminarás cargando con una docena de bolsas de plástico llenas de catálogos. Eso sí, las bolsas son inmejorables para ser el más estiloso del supermercado.

Sin duda, las fiestas merecen un apartado propio. Patrocinadas por las marcas que exhiben su mercancía en Bread & Butter, son lo más deseado estos días, y muchos pelean con quien sea para estar incluidos en sus exclusivas y excluyentes listas de entrada. Para el noctámbulo medio español, estas fiestas son la parte más decepcionante de la feria por diversos motivos: son tarde y al día siguiente hay que trabajar, la música tiende al house y chill out que tanto gozan los guiris en la playa pero que normalmente aburre y no incita a bailar, los asistentes no confraternizan más que con los de su estatus (jefazos con jefazos, periodistas con periodistas…) y muchas veces no hay más que una consumición gratuita.

En definitiva, Bread & Butter es un bonito lugar para profesionales del cual todos los que acudimos renegamos… pero repetimos edición tras edición y nos sentimos fatal si un año no conseguimos acreditarnos. C’est la mode!

*Ana Serrano es nuestra colaboradora de moda y belleza.