La sombra de Siria tras el terrorismo en Líbano

MADRID.-  Wissam Eid, capitán de la policía libanesa, ha muerto en un atentado en el barrio cristiano de Beirut. Tenía 31 años y participaba en la investigación de los actos terroristas en Líbano. Especialmente, el que acabó con Rafik Hariri, cinco veces primer ministro. Eid, experto en la lucha contra terrorismo, podría tener puntos clave para esclarecer el atentado. Puede, además, que esos puntos señalaran claramente a Siria.

JAMAL SAIDI (REUTERS)

Uno de los coches destrozados en el atentado contra Wissam Eid. Según Reuters, junto a Eid murieron otras tres personas.

"Eid era un hombre con mucha experiencia. Se le puede sustituir, pero es difícil", explica George Emile Irani, libanés. Es Director del Programa de África y Oriente Medio del Centro Internacional de Toledo para la Paz. Para este académico libanés, matar a Eid va mucho más allá que simplemente quitárselo de en medio. "Es un golpe psicológico". Está convencido de que los servicios secretos sirios están detrás del asesinato.

Irani pronostica más atentados conforme se acerque la creación del Tribunal Especial para Líbano en La Haya. Esta corte internacional investigará el asesinato de Rafik Hariri. Hariri, cinco veces primer ministro, fue el responsable de buena parte de la reconstrucción del país tras la guerra civil. "Devolvió a Líbano el respeto que había perdido", opina Irani en un análisis publicado para el Instituto Elcano. El antiguo primer ministro "nunca mantuvo una relación viable con Emile Lahoud, el presidente libanés designado por Siria". Cuando Siria renovó el mandato de Lahoud, continúa Irani en su texto, presionó a las Naciones Unidas para que "exigieran la retirada de las tropas sirias de Líbano y el desarme de Hezbolá", que cuenta con el apoyo tanto de Siria como de Irán.

La resolución 1559 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se cumplía en abril de 2005. Las tropas sirias abandonaron Líbano. Dos meses antes, asesinaron al gobernante que había impulsado la medida. El atentado contra Rafik Hariri abrió una oleada de violencia que llega hasta el coche bomba que ha matado a Eid. La agencia DPA recoge 13 atentados, casi todos contra políticos antisirios. El propio Eid ya fue víctima de un atentado en 2006, cuando reventaron la puerta de su casa con una granada de mano, tal y como cuenta la misma agencia. De hecho, Eid sustituía en su cargo a Samir Shehadeh, retirado tras una bomba en una carretera en el sur de Beirut en 2006.

Irani ve claro el temor de Siria al tribunal internacional. "La ONU tiene un documento de más de mil páginas que demuestra la responsabilidad de Siria en el asesinato de Hariri". Siria hará lo posible porque ese documento no salga a la luz. También, según Irani, se esforzarán en expulsar a las fuerzas internacionales de Líbano. "No les interesa que se internacionalice el conflicto en Líbano". De hecho, teme por los militares españoles en la zona. España apoya la soberanía libanesa y, como tal, puede ser un objetivo para Siria. "Las tropas no están seguras", advierte Irani. "Lo de Siria no es un gobierno, es un régimen mafioso".

Irani aporta dos claves para entender la situación:

Interés de Siria en Líbano

Responder eso, explica Irani entre risas, llevaría meses. A grandes rasgos, Siria utilizaría Líbano como escudo frente a Israel. Siria, continúa Irani, desestabilizó en su momento Líbano para que Occidente llegara a la conclusión de que hacía falta el régimen sirio para controlar Líbano. "Si queréis la paz en Líbano", cita este experto a Kissinger, "dádselo a Siria".

Participación de Irán

Irán tiene un peso tremendo en la zona. Más a raíz de la guerra de Irak. Además, utiliza Hezbolá (milicia libanesa fundada a raíz de la invasión de Israel en 1982) "como un instrumento adecuado para sus políticas desestabilizadoras contra los intereses de Estados Unidos en la región", argumentaba Irani en su texto de 2006. Aparte de eso, defiende que Siria e Irán trabajan coordinados en la zona. "Reparto de papeles. Iran controla Irak y Siria, Líbano".

Líbano proclamó su independencia (formaba parte del Imperio Otomano, que se desmembró tras la Primera Guerra Mundial) en 1941. Casi 67 años más tarde, Siria no reconoce oficialmente su soberanía y, de hecho, no existen embajadas entre ambos países. En 1976, en plena guerra civil libanesa, Hafez al-Asa, a la sazón presidente de Siria, envió tropas a Líbano, "para mantener un estado de tensiones controladas" en el que fomentar la guerra entre las facciones libanesas. Es la opinión que en septiembre de 2006 publicó George Emile Irani en un análisis para el Instituto Elcano. Hoy, la sigue manteniendo. Siria, dice, "siempre ha querido controlar Líbano".