Modelos desnudos: musas sin contrato fijo

Si Tiziano o Giorgione levantaran la cabeza y vieran cómo malviven modelos como las que en el Cinquecento inspiraron a sus Venus seguramente se llevarían las manos a la cabeza.

(Wikipedia)

La Venus de Urbino, ¿se le metería carboncillo en los ojos?

Ser modelo no es nada fácil. La mayoría de los mortales pensaría a priori que, sin no hay vergüenzas de por medio, no puede haber trabajo mejor que posar desnudo delante de jóvenes estudiantes de arte que admiren e inmortalicen tu cuerpo.

Pero nada más lejos de la realidad. En Italia los modelos de arte están más que descontentos con las condiciones de su trabajo. El pasado 17 de enero hicieron una huelga de 24 horas con ropa y siguen exigiendo un cambio en su situación laboral. Sólo una sexta parte de ellos cuenta con un contrato en Italia. Según el periódico La Stampa, los más afortunados son los que cuentan con un contrato anual y ganan unos 900 euros al mes; los que no, 25 la hora.

En su particular lucha contra la precariedad laboral los modelos han obtenido el apoyo de más de 60 profesores de las academias de arte de Florencia, Roma, Venecia, Ferrara, Turín y Reggio Calabria. Todos ellos firmaron una petición para que esta profesión se reconozca.

En España la situación es igual o peor

El año pasado los modelos que trabajan en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense también hicieron una huelga. La categoría laboral de 'modelo en vivo' iba a desaparecer y la administración quería privatizar la contratación de modelos y hacer que todos fueran autónomos. O sea, sin contrato. Todavía no se sabe qué pasará con los italianos, pero ellos lo consiguieron: ahora son técnicos especialistas 'modelo en vivo'.

Ángel Luis Costoya comparte muchas de las ideas de los huelguistas italianos. Como que, al contrario de lo que muchos piensan, el trabajo de modelo es muy duro física y psicológicamente" y que no está excesivamente reconocido.

Las condiciones de trabajo son tan malas que antes se les pagaba un 'plus de penosidad' que, para su disgusto, ha dejado de existir. Naves de 250 metros cuadrados donde las corrientes de aire frío hacen de las suyas, temperaturas de todo menos agradables, suciedad, dolores y problemas de circulación sanguínea, polvo de carboncillo hasta en el carné de identidad... son sólo algunas de las cosas que hacen de su trabajo algo no tan agradecido y placentero como la gente imagina.

"Hay muchas bajas laborales porque caemos como chinches", asegura. "Es muy fácil tener problemas de salud, las hernias son más que comunes". Este modelo, que ejerce la profesión desde hace 12 años, calcula que cada mes se deja entre 100 y 150 euros en masajistas.

Ángel tiene la suerte de ser uno de los modelos fijos de la Universidad Complutense, una de las pocas en España que contrata en lugar de pagar por horas a personas externas a la universidad. Los autónomos cobran 12 euros por hora (lejos de los 25 de los italianos), pero no se les garantiza ninguna continuidad de trabajo. "Malviven, tienen que buscarse un sobresueldo fuera de la universidad donde se paga algo más", explica.