Benedicto XVI abandona la Casa Blanca en el "Papamóvil"

Washington.-  El Papa Benedicto XVI abandonó hoy en el "Papamóvil" y entre fuertes medidas de seguridad la Casa Blanca, donde se reunió con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y asistió a una ceremonia de bienvenida.

ampliar foto

(EFE)

El Papa Benedicto XVI (i) y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se reunieron en el Despacho Oval de la Casa Blanca por espacio de tres cuartos de hora.

Miles de personas, muchas de ellas con las banderas del Vaticano y de Estados Unidos, se alineaban a lo largo de la avenida Pensilvania y por el recorrido papal para poder ver al jefe de la Iglesia católica.

El Servicio Secreto había bloqueado desde primeras horas de la mañana el acceso a la plaza de Lafayette, frente a la Casa Blanca, y por donde tenía previsto salir el pontífice en procesión hacia la Nunciatura, en el noroeste de la capital.

Durante la ceremonia de bienvenida, Bush afirmó: "En un mundo donde algunos invocan el nombre de Dios para justificar actos de terrorismo y de muerte y de odio, necesitamos su mensaje de que Dios es amor".

"Abrazar este amor es la manera más segura de salvar a los hombres de caer presa de las enseñanzas del fanatismo y el terrorismo", indicó.

"Necesitamos su mensaje de que toda vida humana es sagrada, que cada uno de nosotros es deseado, cada uno de nosotros es amado", insistió el jefe de la Casa Blanca.

"En un mundo donde algunos ya no creen que se pueda distinguir entre el simple bien y el mal, necesitamos su mensaje de rechazo a esta dictadura del relativismo y abrazar una cultura de la justicia y la verdad", apuntó.

Por su parte, Benedicto XVI instó hoy a Estados Unidos a seguir ocupándose de solucionar conflictos, con "el apoyo paciente de la diplomacia internacional".

El Papa valoró que este país se haya "mostrado siempre generoso en salir al encuentro de las necesidades humanas inmediatas, promoviendo el desarrollo y ofreciendo alivio a las víctimas de las catástrofes naturales".

Con un "Dios bendiga a América", el obispo de Roma concluyó su intervención entre los aplausos entusiastas de un público que en alguna ocasión dejó escapar varios "Viva el Papa".

Más de 9.000 personas se encontraban presentes en los jardines de la Casa Blanca para la ocasión.

Muchos de ellos empezaron a entrar a las seis de la mañana, cuatro horas y media antes de que comenzara la ceremonia, y la larga espera y el calor reinante motivó algunos desmayos, en particular entre un grupo de niñas "girl scouts".

La ceremonia comenzó con la interpretación de ambos himnos nacionales, mientras sonaba una salva de 21 cañonazos.

La ocasión coincidió con el 81 cumpleaños del Papa, y el público rompió de manera espontánea a cantarle el "Cumpleaños feliz" antes de que la soprano lírica Kathleen Battle cantara el Padrenuestro.

El coro del Ejército de Estados Unidos interpretó el himno de batalla de la República, con el que los confederados se lanzaban a luchar durante la Guerra de Secesión, mientras el público coreaba con entusiasmo la letra.

Tras los discursos, el Papa y el presidente, acompañados de Laura Bush, subieron a la balconada de la Casa Blanca, donde el Santo Padre acogió con aplausos y un gesto de bendición una nueva felicitación de cumpleaños coreada por el público.