Confirman que el accidente del avión de TACA en Honduras dejó cinco muertos

Tegucigalpa.-  El accidente de un avión de la aerolínea salvadoreña TACA ocurrido el viernes en el aeropuerto Toncontín de Tegucigalpa causó al menos cinco muertos y más de medio centenar de heridos, informaron hoy diversas fuentes.

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(EFE)

Bomberos hondureños trabajan para sacar los cadáveres al interior de un vehículo que quedó en la parte de abajo del avión de la aerolínea TACA, con 124 pasajeros a bordo, procedente de El Salvador que se salió de la pista tras aterrizar en el aeropuerto de Tegucigalpa.

A las tres víctimas identificadas el mismo viernes -el piloto y dos pasajeros del avión- se sumaron dos personas que iban en un vehículo que fue impactado por la aeronave al caer en una calle muy transitada después de salirse de la pista tras aterrizar.

Estas dos víctimas fueron identificadas como Josué Rolando Aguilar y Gustavo Tróchez, ambos hondureños, confirmaron a la prensa fuentes de la Dirección de Medicina Forense del Ministerio Público.

Los otros tres fallecidos son el piloto del avión, el salvadoreño César D'Anthony, el presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el nicaragüense Harry Brautigam, y Jean Chantal Neele, esposa del embajador de Brasil en Honduras, Brian Michael Fraser Neele.

Hasta ahora no se ha brindado una cifra oficial de heridos, que son entre 60 y 90, según la prensa local, basada en reportes de los hospitales públicos y privados donde fueron atendidos.

La mayoría de heridos ya fue dada de alta y algunos siguen hospitalizados por la gravedad de su estado.

Se desconocen las causas del accidente del avión, un Airbus 320, con 124 pasajeros, según informó TACA (Transportes Aéreos del Continente Americano) en un escueto comunicado, aunque las investigaciones iniciaron el mismo viernes, informaron la empresa y la Dirección de Aeronáutica Civil.

El avión aterrizó procedente de San Salvador, se salió de la pista por su cabecera norte, cayó en la calle y se partió en tres entre la cabina y sus alas, mientras que sus motores se desprendieron, pero los bomberos evitaron que se incendiara.

El conductor de un taxi que quedó bajo el ala izquierda del avión, Gregorio Reyes, dijo a periodistas que está vivo de milagro.

"Recuerdo que escuché un ruido, miré para un lado y vi que el ala del avión me caía encima, entonces me agaché adentro del taxi y por eso me salvé de morir", agregó Reyes.

José Gabriel Herrera, conductor de otro de los tres vehículos alcanzados por el avión, dijo que cuando escuchó el estruendo vio por el retrovisor que la aeronave le caía encima.

"Quise acelerar, pero más bien el avión me empujó y nos sacó de la calle", señaló al respecto.

El vehículo de Herrera, quien iba con su esposa, Milagros Cruz, quedó totalmente dañado por el impacto del avión.

La esposa de Herrera no se enteró de que su esposo estaba vivo hasta que lo encontró en una camilla en un hospital.

A la hora del accidente había abundante nubosidad en el cielo de Tegucigalpa, pero con visibilidad suficiente para el aterrizaje y despegue de aviones, según fuentes de Aeronáutica Civil, aunque la pista del aeropuerto estaba mojada producto de las lluvias caídas entre jueves y viernes a causa de la tormenta tropical "Alma".

El presidente hondureño, Manuel Zelaya, anunció que a raíz del accidente de TACA decidió que los aviones comerciales de más de 50 pasajeros ya no aterricen en Toncontín, sino en la base militar local de Palmerola, construida por Estados Unidos en la década de 1980.

En esa base funciona una academia de aviación de la Fuerza Aérea Hondureña y permanecen unos 400 militares estadounidenses.

El ex presidente hondureño Rafael Callejas (1990-1994) recordó a la prensa que durante su Gobierno la base de Palmerola sirvió para algunas operaciones de transporte de pasajeros y exportación de productos hacia EE.UU., pero se suspendieron porque no eran rentables.

El aeropuerto Toncontín quedará para operaciones de aviones de menos de 50 pasajeros, según la decisión del Gobierno hondureño.

Este aeropuerto, construido hace unos 60 años, es considerado como de alto riesgo por su ubicación, dentro de la ciudad, que está rodeada de cerros, y por la longitud de su pista, unos 1.300 metros.