María José Carrascosa, en vísperas del inicio del juicio penal

Nueva York.-  María José Carrascosa, la abogada valenciana envuelta en una compleja batalla legal relacionada con la custodia de su hija en Estados Unidos, afrontará la próxima semana el juicio oral en un proceso que la mantiene encarcelada en el estado de Nueva Jersey desde noviembre de 2006.

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(EFE)

María José Carrascosa, la abogada valenciana envuelta en una compleja batalla legal relacionada con la custodia de su hija en Estados Unidos, afrontará la próxima semana el juicio oral en un proceso que la mantiene encarcelada en el estado de Nueva Jersey desde noviembre de 2006.

En marzo pasado, el juez Donald Venezia, del condado de Bergen, fijó para el 23 de junio el inicio del juicio a Carrascosa, que está acusada de ocho delitos por interferencia de custodia y otro por desacato de una orden judicial.

El magistrado estableció esa fecha después de que la madre valenciana, de 42 años, cambiara varias veces de abogado y su nuevo representante legal, Scott Finkenauer, solicitara en aquella vista, sin éxito, más tiempo para estudiar el caso y preparar con su cliente la estrategia a seguir.

No obstante, no se descarta que el juez conceda algún aplazamiento más, posiblemente a petición de la defensa, según señalaron a Efe fuentes de la fiscalía.

Reiterados intentos en días recientes de contactar con el abogado de Carrascosa para conocer si se contempla la posibilidad de un nuevo retraso no dieron fruto.

Carrascosa había logrado hasta ahora retrasar el juicio en este caso que inició la fiscalía del condado de Bergen, con la esperanza de que una decisión pendiente de un Tribunal federal, sobre una apelación que había planteado, pudiera dar un vuelco al proceso penal que afronta.

Sin embargo, ese tribunal rechazó el 20 de marzo la petición de "hábeas corpus" con la que la española trataba de poner fin a su encarcelamiento y en mayo desestimó también varios recursos en los que Carrascosa solicitaba una revisión de su caso.

A pesar de los continuados reveses en diferentes instancias judiciales en EEUU, la familia Carrascosa ha seguido solicitando ayuda en diferentes ámbitos en España para resolver este complejo asunto e incluso ha pedido audiencia al papa Benedicto XVI, para explicarle el caso y el sufrimiento que ocasiona a María José.

La familia y su nuevo abogado en España, Marcos García Montes, han alegado además que los representes legales del ex marido, Peter Innes, presentaron documentos falsificados ante tribunales de EEUU, por lo que preparan varias querellas.

Innes y Carrascosa se casaron en España en 1999 y en abril del año siguiente nació Victoria Solenne en Secaucus (Nueva Jersey).

A comienzos de 2004 la pareja se separó y en octubre de ese año las partes suscribieron un acuerdo que establecía para Innes tiempos de visita con la niña y otros aspectos de la relación de ambos padres con la pequeña.

También se determinaba que la madre o el padre no podían salir de EEUU con su hija o viajar más allá de 90 millas (144 kilómetros) desde el domicilio familiar sin el consentimiento escrito de la otra parte, según consta en documentos judiciales.

En junio de 2005, Carrascosa y su hija viajaron a España sin el permiso o el conocimiento de Innes y la pequeña ha permanecido con la familia materna desde entonces, mientras los padres mantenían una enconada disputa ante tribunales españoles y estadounidenses.

La legalidad o no de ese viaje ha suscitado en EEUU y en España interpretaciones judiciales diferentes de diversos artículos de la Convención de La Haya, que ambas partes han invocado.

También hay divergencias en cuanto a si prevalecen o no las leyes de Nueva Jersey respecto de la custodia y sobre otras normas tenidas en cuenta por la Justicia española.

En agosto de 2006, el juez Edward Torack estableció el divorcio de ambos, concedió al padre la custodia de la hija y ordenó a la madre que devolviera a Victoria a EEUU y gestionara en España la devolución de sus pasaportes (español y estadounidense), retenidos por un juzgado.

También prohibió a Carrascosa, que había regresado a EEUU ese año, abandonar Nueva Jersey hasta cumplir con lo ordenado y advirtió de que, en caso contrario, se emitiría una orden de detención y sería encarcelada hasta que la pequeña fuera devuelta a este país.