Sobrevivientes panameños recuerdan enfrentamiento con Ejército de EE.UU.

Fabio Agrana Panamá.-  Fabio Agrana

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(EFE)

El presidente de Panamá, Martín Torrijos (i), el canciller panameño, Samuel Lewis, y Marcelina Chávez de Arosemena (c), presentan hoy una ofrenda floral al monumento a los caídos el 9 de enero de 1964, en Ciudad de Panamá (Panamá).

Panamá, 9 ene (EFE).- Algunos de los sobrevivientes de la denominada "gesta del 9 de enero de 1964", que recuerda la muerte de 21 panameños que se enfrentaron a las tropas de EE.UU. acantonadas en Panamá, rememoraron hoy esa lucha por la soberanía del país.

Para la conmemoración del 45 aniversario de los hechos se organizaron actos en cementerios, plazas y en el mismo sitio donde cayeron las víctimas, ahora conocido como Avenida de Los Mártires.

Los más de 500 heridos se alzaron porque no se permitió izar la bandera nacional en una escuela de la antigua Zona del Canal, una franja territorial administrada por EE.UU. hasta el año 2000.

El presidente panameño, Martín Torrijos, participó en el acto celebrado en el Centro de Capacitación "Ascanio Arosemena", el primer mártir del 9 de enero, administrado por la Autoridad del Canal de Panamá, entidad que gestiona el funcionamiento de la vía interoceánica, que construyó Estados Unidos a cuenta de su control "a perpetuidad".

Esa condición permitió a EE.UU. tener una presencia civil y militar en el área canalera, que gobernó a su criterio por encima de las autoridades y leyes locales hasta 1977, cuando se firmaron los tratados que paulatinamente concedieron la soberanía a Panamá del territorio cedido en 1904.

Martín Torrijos, hijo del general Omar Torrijos, que promovió y firmó los tratados de 1977, afirmó que la del 9 de enero "fue una gesta heroica que jamás podrá olvidarse, honrando cada año la memoria de quienes dieron su vida para hoy tener una patria digna y soberana".

Alfonso González, uno de los sobrevivientes entre los heridos durante los incidentes, que se prolongaron hasta el 11 de enero de 1964 y en los que perdió su pierna izquierda por un disparo de los soldados norteamericanos, dijo a Efe que siente "orgullo patrio" por haber participado en los hechos.

González considera la gesta como "algo grande y glorioso porque se consiguió lo que el pueblo quería, su soberanía, su territorio y el Canal interoceánico que hoy es nuestro".

Añadió que aunque el objetivo se consiguió, los gobernantes "no hacen justicia" con una mejor ayuda humanitaria para los sobrevivientes, que aún reciben la misma asignación de 30 dólares mensuales aprobada en 1965, de la que se beneficiaron solo 15 personas, a pesar de que entonces se registraron unos 500 heridos.

Marcos Fenton Achurra, otro de los heridos en el alzamiento popular, expresó que "esta gesta patriótica, escrita con sangre, es una de las páginas impecables en la historia de Panamá".

Empero, Achurra confesó que los sobrevivientes de estos hechos también se sienten "tristes y acongojados por el proceder de los gobernantes que han modificado esta fecha como un día puente (de vacación) para beneficiar la actividad turística y hotelera".

Para Achurra, miembro del Movimiento Nacional de los Mártires del 9 de Enero de 1964, la mejor forma de honrar la fecha es declararla día de "gloria y júbilo nacional e independencia, porque fue el primer golpe que le dimos al imperio estadounidense".

Marcelina Chávez de Arosemena, madre de Ascanio Arosemena, quien acompañó a Torrijos en la ceremonia, resaltó que el sacrificio de su hijo no fue en vano "porque ahora podemos disfrutar de un Panamá digno, como había sido su ideal".

Otros sobrevivientes, como César Villarreal, Alcibíades Picola, Inocencio García, Luís Vergara y Napoleón De Bernad afirmaron, por su parte, que su enfrentamiento fue "la chispa necesaria para unir a todo un pueblo y lograr un país libre".

Los enfrentamientos registrados del 9 al 11 de enero de 1964 entre panameños con palos y piedras y los estadounidenses, civiles y militares armados provocó la ruptura de las relaciones diplomáticas con EE.UU., que no se restablecieron hasta tres meses después.

Tras los incidentes se iniciaron las negociaciones que condujeron a la firma de los Tratados del Canal de 1977, conocidos como Torrijos-Carter.