El nombre de Camilo José Cela permane indisolublemente unido a la Alcarria, región que recorrió en dos viajes hechos de muy distinta forma.
Caminanto por la Alcarria "a mero pinrel".
El día 6 de Junio de 1946 un treintañero Camilo José Cela, ya conocido en el mundo literario a raíz de la publicación de La familia de Pascual Duarte (1942), Pabellón de reposo (1943) y Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes (1944) emprendía un viaje a pie por La Alcarria, una comarca natural de Castilla que ocupa partes de las provincias de Guadalajara, Cuenca y Madrid. De las experiencias acumuladas por Cela durante su viaje surgiría una de las obras maestras de la literatura de viajes, Viaje a La Alcarria, de cuya edición se cumplen ahora 61 años.
Macuto al hombro, Cela sale de Madrid rumbo a Guadalajara, y durante nueve días, recorre las rutas de La Alcarria sin rumbo fijo, moviéndose de un pueblo a otro según su instinto. mezclándose con sus gentes, agricultores, carreteros, vagabundos, médicos, curas, alcaldes, posaderos, y anotando sus impresiones en su inseparable cuaderno. Entre fatigosas caminatas, anécdotas triviales pero entrañables, Cela se deja llevar por el camino, y queda atrapado por la belleza de la zona y el carácter simple pero puro de sus habitantes. A la manera de los escritores de la Generación del 98, Cela vuelve la vista hacia la España rural, miserable, exhausta pero laboriosa y terca en su empeño de subsistencia. Es el campo, en definitiva, el último bastión que resiste orgulloso y empecinado ante el violento avance de la civilización que avanza como una violenta e imparable ola.
Durante su recorrido por La Alcarria Cela queda fascinado por la tenacidad de los alcarreños en su lucha por subsistir en una España todavía extenuada y arrasada por la devastación de la Guerra Civil. Estamos en 1946, con el franquismo afianzando su régimen con puño de hierro, y el país sufriendo un bloqueo internacional a causa de sus simpatíasy apoyos a los regímenes fascistas que hacía un año acababan de perder la Segunda Guerra Mundial. Son los tiempos del hambre, del estraperlo, de las Cartillas de Racionamiento y del intervencionismo y proteccionismo que ahogaba la economía española. Cela recorre pueblos pobres, devastados, y se cruza con guardias civiles que intentan controlar a los estraperlistas. La mirada de Cela, aunque intenta parecer neutra y descriptiva, no puede evitar destilar la admiración, incluso la piedad, que siente por las personas con las que se cruza. Son episodios que ponen un nudo en la garganta del lector, como el del pobre mendigo al que abofetean sin piedad en una estación de tren, o el del niño "baldado" que contempla inmóvil el mundo desde su portal, o el del viejo vagabundo que comparte parte del trayecto con Cela y que, sin más compañía que su burro "Gorrión", le ha hecho coser un papel en la albarda que dice "Cógeme, que mi amo ha muerto".
Cela termina su viaje el 16 de Junio de 1946. Maduraría el libro durante un año, redactándolo durante la última semana de Diciembre de 1947 y entregándolo a la imprenta a primeros de Enero de 1948. Desde esa fecha, el Viaje a la Alcarria ha conocido múltiples reediciones, ha vendido millones de ejemplares y ha unido, de forma imperecedera, los nombres de Camilo José Cela Trulock y La Alcarria. No quisiera acabar este artículo sin dejaros con algunas curiosidades sobre el ya inmortal viaje de Cela por tierras alcarreñas.
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