El "retrato robot" de Soitu.es.

Uno de los artículos más vistos durante ayer y hoy en esta santa casa es: ¿Cómo es la persona que más ayudas puede recibir de ZP? Un desglose cachondo, desenfadado y muy documentado de las ayudas sociales que este gobierno está llevando a cabo, o dice llevar a cabo. Porque si a los hechos me tengo que remitir, servidor hace un año y cinco meses que solicitó la renta básica de emancipación a menores de 30 años y, a día de hoy, habiéndose mudado a la Gran Bretaña ocho meses atrás, lo único que ha recibido es una carta diciéndole que está concedida pero no vio un mísero euro (o libra esterlina).

Gema Fernández y Paula Carrión dibujaban un “retrato robot” del perfecto “absorbe medidas”. ¿Cómo “'sacar partido' a todas las medidas anunciadas por el Ejecutivo de Zapatero desde que comenzó a gobernar”?, se preguntaban. Si no fuera porque es un país con cuatro millones de parados en el que hay gente a la que esta situación le produce de todo menos gracia, su tono hasta me parecería un bálsamo. Probablemente no encontraron una mejor manera de encarar el problema. O no se les ocurrió otra porque las expresiones entrecomilladas (por ellas, no por mí) están tan arraigadas en la ideología popular que el que pide una ayuda, beca o vivienda de protección oficial es inmediatamente para muchos un jeta, abusador, codicioso, pedigüeño, limosnero y etecé, etecé y etecé.

Una de las cosas que aprendí prontísimo en la distancia, es que pocas veces podemos escapar de nuestra cultura. Y si queremos hacerlo, más nos valdrá irnos lejos de nuestros ancestros y pedir cita con un buen psicólogo. Y ni por esas. Somos, nos guste o no, lo que mamamos.

Por lo que estoy viendo aquí, los escoceses son bipolares. Un día les encanta irse de pintas contigo y a los dos, cuando los vuelves a llamar para una nueva ronda, ni te cogen el teléfono. Consecuencia: en este país hace ciento sesenta años nació un señor llamado Robert Louis Stevenson que escribió una grandiosa novelita llamada El extraño caso del dr. Jekyll y mr. Hyde. Nosotros los peninsulares no nos quedamos atrás: tenemos al insigne Lazarillo desde el siglo XVI y al Buscón cincuenta años más tarde. Es decir, que entre nuestros honores literarios está el haber inventado la picaresca. ¿Por qué?

Sinceramente no lo sé, pero a los hechos me remito. La ideología popular en un país que ha votado mayoritariamente socialista, es decir, en teoría preocupado por los problemas básicos del prójimo, es la que tan bien reflejan mis compañeras. Seguro que no faltan lo motivos. Hace un par de semanas, cuando fui al la embajada por una cuestión de papeleo, me contó la señora que me atendió que en los consulados españoles de todo el mundo había una lista de morosos compuesta por gente que se dedica a viajar por el planeta con el dinero justo y, cuando éste se les acaba, se presenta en la pertinente delegación para que los mande de vuelta. Y otra vez a empezar. Primero se ven China, luego Kenia y, por último, Argentina. Y vete mirando un próximo destino. Por lo que me contaba, hay un vacío legal en este aspecto y resulta imposible tomar medidas contra ellos. La funcionaria, además, estaba tan acostumbrada a ese comportamiento tan español, que cuando vio mi cara de extrañeza que delataba una terrible vergüenza ajena y propia por pertenecer al mismo país, me dijo: Y hacen bien, ¿no te parece?