Si algo sorprende hoy al visitante de Dublín es la cantidad de polacos que habitan sus calles, regentan sus negocios e incluso imprimen su prensa. La capital de la República de Irlanda es ya una ciudad multicultural como cualquier capital europea, pero teniendo en cuenta sus dimensiones y la distribución de su población por países, si hay una comunidad que destaca, ésa es la polaca.
Colmado polaco en Irlanda.
La avalancha de ciudadanos del país de la Europa del Este empezó a llegar a la capital de Irlanda en 2004, cuando Polonia se convirtió en miembro de pleno derecho de la Unión Europea. Antes de esa nueva coyuntura política ya se contaban por miles los polacos residentes en las isla, que en ese momento se encontraba en pleno desarrollo económico.
La prosperidad, los elevados salarios y el pleno empleo convirtieron a Irlanda en uno de los países más atractivos para los trabajadores polacos, que ya habían sido advertidos de esas ventajas por las que iniciaron antes la aventura. Desde entonces, y de manera gradual pero imparable, fueron llegando inmigrantes fácilmente absorbidos por la maquinaria laboral irlandesa, a pleno rendimiento hasta hace muy poco.
La mayoría de polacos están ocupados en el sector de la construcción, donde son muy bien valorados y en el que los salarios pueden alcanza cifras astronómicas desde la óptica española. Los demás se reparten entre múltiples profesiones no cualificadas aunque también desempeñanan cargos en profesiones liberales que no requieren un nivel demasiado alto de inglés. Hay camareros, taxistas, transportistas, mecánicos, dentistas, médicos, arquitectos, trabajadores del sector de las finanzas, traductores y oficinistas.
Pero son sin duda los pequeños comerciantes los que han generado más impacto en una isla muy poco acostumbrada a productos foráneos. Los colmados polacos se cuentan por decenas sólo en Dublín y por centenas a lo largo y ancho de la isla. De algún modo, esas tiendas permiten al polaco vivir como en su tierra, adquiriendo cualquier producto nacional que le apetezca prescindiendo así de la pobre oferta gastronómica irlandesa.
Lo más interesante es que esos comercios, la mayoría de ellos ubicados en el centro de la ciudad, se han convertido en un punto de referencia para cualquier extranjero contintental que busca productos de calidad a precios razonables. Quien más quien menos está ya familiarizado con nombres exóticos como bigos (col agria con carne), pierogi (pasta rellena de repollo con setas) o kotlet schabowy (filete de cerdo rebozado).
La mayoría de estos comercios se han convertido en un punto de referencia para cualquier extranjero que busca productos de calidad a precios razonables
Las peluquerías polacas también abundan y no son pocos los que refieren malas experiencias al intentar hacerse entender con chicas que probablemente hayan aterrizado en la ciudad un par de días antes. La solidaridad entre polacos a la hora de incorporarse al mundo laboral irlandés se hace patente en la cantidad de webs, pasquines y revistas escritas en polaco que guían al recién llegado en sus primeros pasos en la a veces hostil capital irlandesa.
De cara al ocio, existe un canal de televisión íntegramente en polaco, pubs polacos y varias revistas multitemáticas. Por su parte, la acogida irlandesa de esta gran comunidad ha sido en general positiva, aunque no faltan las críticas centradas básicamente en la presunción de que los polacos prefieren vivir aislados. También abundan las generalizaciones cuando alguien oriundo de ese país comete un delito. Incluso la Garda, la policía nacional irlandesa, se ha provisto de profesores de la impenetrable lengua eslava para tratar más de cerca a la comunidad.
Es difícil hacer un censo de los polacos que habitan la isla, que según las últimas estadísticas cuenta con cerca de 6 millones de habitantes, pero los números oscilan entre los 50.000 y los 100.000 sólo en Dublín y su área metropolitana. En el conjunto de Irlanda hay cerca de un cuarto de millón de polacos registrados en la Seguridad Social irlandesa.
Si quieres firmar tus comentarios, regístrate o inicia sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Después de leerlo creo que si visito Dublin me sentiré más integrado, como buen polaco-catalán que soy.
Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Los que vivimos o visitamos Madrid pasamos muy a menudo por lugares que, hace ya varias décadas, marcaron la historia del país. Lo hacemos casi sin darnos cuenta. Quedar con alguien en la Puerta del Sol sin ser conscientes que en ese mismo lugar un presidente del Gobierno fue asesinado. O pararnos en un semáforo en la Plaza de la Independencia, lugar donde el coche de otro presidente fue tiroteado. ¿Quieres saber más de los magnicidios que tuvieron lugar en Madrid?
En: E-Campany@
Recomendación: Albert Medrán
Viaje virtual por todo el globo de la mano de Paco Nadal
En: elpais.com
Recomendación: mami
«Me gustaría regresar a todos los países», dice el incansable trotamundos catalán Jorge Sánchez
En: elcomerciodigital.com
Recomendación: Óscar
Por menos de 300 euros se puede disfrutar de unas mini vacaciones en la playa, esquiando, o de escapada en una ciudad europea
En: elpais.com
Recomendación: mami
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si quieres, puedes registrarte o, si ya lo estás, iniciar sesión ahora.