Por DELIA RODRÍGUEZ (SOITU.ES)
Actualizado 20-05-2009 20:48 CET
Mañana continúa el juicio contra Pablo Soto, el desarrollador de programas p2p al que las discográficas han demandado por competencia desleal ni más ni menos que por 13 millones de euros. Si estás siguiendo el caso que comenzó el martes y que será vital para el futuro de las descargas en España, quizá te interese conocer (además de los argumentos de unos y otros) quién es quién:
El juez
- Miguel María Rodríguez San Vicente. El juez titular del juzgado mercantil nº4 de Madrid es un veterano de la profesión. Navarro, orondo y campechano, no parece dispuesto a dejar que los vericuetos 'techies' de unos y otros le distraigan de la acusación de competencia desleal. En la primera parte del juicio, hizo gala de sentido común y buen humor, bromeando sobre la repercusión mediática del caso y dejando caer alguna gran frase como "La justicia es así, cansina".
El acusado
- Pablo Soto. Con 29 años, este joven madrileño rubio y de ojos azules —un cerebro brillante de formación autodidacta— es uno de los mayores expertos del mundo en tecnologías p2p, y ha recibido varios premios por sus programas. Afronta el equivalente al "caso Napster" norteamericano: la lucha de las discográficas contra las tecnologías. Fundador de mp2p Tecnologies, una empresa que llegó a emplear 9 ingenieros en su mejor momento. Simpático, niega que sea el "héroe de las descargas", pero va camino de convertirse en ello a pesar de la preocupación de su familia. La red le apoya casi de forma unánime y personalmente, adora la música.
La defensa
- David Bravo. Este sevillano de 31 años es el abogado favorito de los internautas, especialmente a partir de la publicación de su libro "Copia este libro", en el que defendía posturas no tradicionales sobre la propiedad intelectual e internet, aspectos en los que está especializado. De aspecto vivaz y discurso claro y original, sus artículos y apariciones televisivas suelen ser celebrados.
- Javier de la Cueva. Con 47 años, 20 de ellos de ejercicio, de la Cueva es mitad monje, mitad soldado: programador y abogado. Conocido por su carácter extrovertido y respetado por muchos sectores por sus conocimientos técnicos, está especializado en tecnología desde hace 10 años (una eternidad). Se declara linuxero y 'hacktivista'. Ha creado los 'procedimentos libres', que han servido para ganar juicios a la SGAE. Bravo y de la Cueva ya han colaborado en casos sonados como Sharemula, en el que la Audiencia de Madrid afirmó que las páginas de enlaces p2p no son delito.
- José Ignacio Aguilar. Los "refuerzos" de Bravo y de la Cueva vienen por parte de este sevillano de 54 años, especializado en derecho de la propiedad. Es su primer caso tecnológico, pero a cambio espera aportar al caso con su voz profunda experiencia en "las esencias" del derecho civil clásico.
Las discográficas
- Antonio Guisasola. El presidente de Promusicae es quizá, uno de los personajes más odiados de la red española por su postura beligerante sin matices en defensa de los miembros de su patronal, las discográficas. Alto, seguro de sí mismo, amante de la buena ropa, su trabajo es dar la cara por sus asociados y lo hace de la forma más vehemente posible. En la primera parte del juicio contra Soto, afirmó que su empresa era "parasitaria" de la musical.
- Emiliano Figueroa (Sony), José Luis Sánchez Álvarez (Universal), Valeria Rapetti (Warner) y Olga Díaz (EMI) fueron los representantes legales de las discográficas que declararon en la primera sesión del juicio. Excepto el beligerante Sánchez, su respuesta más abundante fue "no lo sé" o "no depende de mi". A la defensiva y de perfil bajo, las discográficas han dejado el trabajo duro de este juicio y el protagonismo mediático a Guisasola. Rapetti, de hecho, dijo en el estrado que sólo llevaba cuatro meses en la compañía.
La acusación
- Javier de Torres. Inteligente e incisivo, de Torres es socio del bufete Bercovitz, quizá el más importante despacho de abogados de propiedad intelectual de España a pesar de su pequeño tamaño. Fundado por el catedrático Bercovitz —una autoridad mundial— representan a discográficas, entidades de gestión y artistas. Con 15 años de experiencia en el sector, de Torres parece más joven de lo que es en realidad. Cuando se quita la toga y la corbata, se dedica a la música. Ha sacado tres discos con una discográfica independiente. En el primer día de juicio, no le tembló la voz al cuestionar al perito de la defensa.
- Alfonso González. Con 35 años, el segundo abogado de la acusación lleva en el bufete Bercovitz desde 2004 y también está especializado en propiedad intelectual. Reservado con los medios, ex profesor universitario, en el primer día del juicio a Soto jugó un papel discreto: fue su colega de Torres quien llevó el peso de la mayor parte de las intervenciones.
Los peritos
Teodoro Mayo, David Price y Juan Carlos García Cuartango fueron los tres peritos del caso que subieron al estrado para responder sobre los informes que han realizado; los dos primeros a solicitud de la acusación y el último, de la defensa.
- Mayo, informático, trabaja en el departamento de I+D de una operadora y dedicó su proyecto fin de carrera a las redes P2P. Su informe fue firmado a medias con un profesor universitario.
- El británico Price, mucho más conocido, fue traído por la defensa desde Londres. Su cargo "head of piracy intelligence" en Envisional dice mucho sobre su actividad: es un profesional de la ayuda a las empresas con problemas de piratería.
- Cuartango es un viejo conocido de los lectores de medios de comunicación españoles. De hecho, su hermano Pedro es subdirector de opinión de El Mundo. Ingeniero de telecomunicaciones, es una eminencia en seguridad informática.
Los testigos
- Martin Lafferty. El único testigo que declaró en la primera parte del caso fue el estadounidense Lafferty, solicitado por la defensa para argumentar que Soto, en lugar de un "parásito" es un emprendedor de primer nivel mundial. CEO de la Distributed Computing Industry Association (DCIA), una asociación que agrupa a la industria que utiliza la computación distribuida y que recientemente premió a Soto por sus avances. Hizo bien su labor: afirmó que los desarrollos de Soto estaban al nivel de Bittorrent, que España debería sentirse orgullosa de ellos y que gracias a la tecnología P2P existen Skype, Spotify o el iPlayer de la BBC.
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