Menú oriental para el fin de semana

La luz del sol guarda en secreto ('Secret Sunshine') diferentes formas de consuelo. Seguir caminando ('Still Walking') es la fórmula que propone el japonés Kore-eda para conjurar el duelo y auto-reproches tras la muerte de los padres.

Dolor maldito e irrespirable de la protagonista de 'Secret Sunshine'. Jeon Do-Yeon ganó con este papel el premio a la mejor actriz en Cannes 2007. Dos años ha tardado esta producción coreana en llegar a nuestras pantallas. Es un ejercicio de brillante narración sin alardes, sin retórica. Lee Chang Dong, el director, consiguió que se reconociera su película como la mejor de Asia en 2008. Éxito similar obtuvo 'Nadie sabe' en 2004, la anterior de Kore-eda. Le dio alas para rodar 'Still Walking'. Feliz coincidencia el estreno simultáneo de ambas películas en nuestras salas.

'Secret Sunshine' habla poéticamente del dolor pero además de narrar con maestría aborda otros temas. Es interesante la contraposición de Seúl, la capital, con una ciudad que lleva el nombre —y significado— del título coreano de la película 'Milyang'. ¿En qué mundo alguien puede huir a una pequeña ciudad de provincias y pretender que nadie le conozca? Resultado casi obvio de tal equivocación: allí todo son chismes. En el barrio sabrán en seguida de qué pie cojea la protagonista, lo cual juega a favor de la trama. Cuando aparece en escena el cristianismo la mirada resulta ligeramente naïf. Debemos entender que esa forma religiosa, desde la óptica oriental, se debe sentir con la extrañeza con la que aquí miramos el budismo. En una de las mejores escenas de la película en la que la protagonista visita a quien tanto dolor le ha provocado comprendemos que no le sirve esa forma de redención.

A ese plano le sucede un grave error, desde el punto de vista narrativo: una larga secuencia de más o menos quince minutos repite la desolación que ya hemos adivinado en la cara de Do-Yeon. Un fallo que resta algo de brillantez al relato.

'Still Walking', es un homenaje al maestro Yasujiro Ozu. En ella asistimos a una jornada en familia. Parece que allí no ocurre nada, pero entre platos, conversaciones, regalos y paseos nos vamos haciendo idea de todas sus contradicciones. Como en las mejores familias.

Las dos recomendables y, por supuesto, en versión original. Da igual que no sepamos japonés, ni coreano; la voz es el espejo íntimo del alma humana.