Secciones bajar

¿Televisión?

Por JAVIER PÉREZ DE ALBÉNIZ (SOITU.ES)
Actualizado 27-10-2009 08:28 CET

Veo7, la televisión de El Mundo, definitivamente está haciendo historia en el panorama audiovisual español. Cuando parecía que nadie podría superar espacios tan magníficos, por imaginativos, equilibrados y bien realizados, como 'Doce horas sin piedad' o 'La vuelta al mundo', es la misma cadena quien eleva la altura del listón con otra obra maestra de la televisión contemporánea. Hablo de 'Es la mañana de Federico', un programa que arrancó ayer y que es, en palabras del propio Losantos, "telediario de autor, tertulia de amigos y conspiración de gente enfadada con lo que está pasando en España". Bien dicho.

Estamos ante un caso clarísimo de talento descomunal, de apabullante dominio del medio audiovisual, de endemoniada creatividad. Imaginen el plató... Un cuartucho con una mesa redonda, seis micros, seis sillas, unos bolígrafos, unos botellines de agua, un ordenador y un ultra. Eso es todo lo que hace falta para hacer un programa de TDT. La cámara sostiene un plano fijo con la cara del ultra, que adoctrina desde ese mugriento chiringuito convertido en púlpito. ¡Qué buena idea! ¡Qué impactante imagen televisiva! ¡Qué suerte que exista la TDT! Todo esto es posible, no lo olvidemos, porque las cámaras adoran a Federico, el muy puñetero.

Sin embargo el lector de extrema izquierda podría pensar que, visto lo visto, no merece la pena poner la tele. Si quieres que la vesícula biliar se te ponga como una sandía basta con escuchar a Federico en la radio. Pero no es cierto. Estarán ustedes de acuerdo conmigo en que no es lo mismo oír una ventosidad que verla salir disparada de un ojete profundo, negro, peludo y almorránico. Pues Federico es ese ojete: el rostro de la miseria informativa. Casi se pueden oler sus palabras...

Nos encontramos ante un programa vintage que va más allá del blanco y negro, puesto que muy bien puede disfrutarse incluso con la televisión apagada. De hecho es un programa que sólo tendría sentido en 1926, o antes, cuando John Baird aún no había realizado la primera transmisión de imágenes. Es decir, cuando aún no se había inventado la televisión. Porque ¿es lógico emitir en televisión un programa de radio? Sólo si tiene que rellenar horas de programación gastando poco dinero.

Mención especial merecen los contenidos. Ahí Federico lo borda, porque además de un equilibrado analista político es un showman. ¡Qué salero! ¡Qué majestuosidad en el aspaviento! Fíjense hasta que punto domina la comunicación gestual que, cuando quiere decir que los socialistas tienen mucha cara, sonríe y se golpea suavemente el moflete con la palma de la mano. ¡Pedazo de comunicador! ¿Y qué me dicen de su sentido del humor? Sólo les pondré dos ejemplos: tiene unos cómicos que se hace llamar Grupo Risa (¿lo pillán?) y se troncha con sus propios chistes y juegos de palabras. "¡Cobo... cobardón!", dice, marcando hábilmente los tiempos, cuando se refiere a Manuel Cobo Vega, vicealcalde de Madrid.

Tronchante, ¿verdad? Pues ahí lo tienen. Dos horas de ¿televisión? moderna, creíble, seria, original, radiofónica. Un programa hecho por auténticos aficionados para verdaderos fanáticos.

Un motivo para NO ver la televisión

'Pilotos, caimanes y otras aventuras extraordinarias'.
Autor: Jacinto Antón.
Editorial: RBA.

Les voy a recomendar un libro que habla de casi todo aquello que me interesa. Viejos aventureros, tigres devoradores de hombres, gabinetes caseros de historia natural, hazañas bélicas, métodos artesanales para superar el miedo, pájaros, libros antiguos sobre asuntos marginales escritos por autores desconocidos... Jacinto Antón es un periodista del diario El País que escribe sobre estos temas, la mayoría de las ocasiones en primera persona. Perdón, también escribe sobre momias, vampiros, nazis fugitivos, reptiles y submarinos.

Fascinantes asuntos que solo podrán parecer menores a aquellos que tengan un concepto demasiado... adulto de la vida.

"Pilotos, caimanes y otras aventuras extraordinarias" es un libro delicioso que, al estar dividido en crónicas de dos páginas y media, se lee en un suspiro. Una gozada que, por si fuera poco, ofrece infinidad de pistas, en forma de libros no demasiado conocidos pero de enorme interés. Una única pega: ¿Dónde está el resto de textos? Antón, aventurero de la leyenda y de lo cotidiano, lleva años escribiendo en El País. Por tanto, debería ponerse a trabajar ya mismo en una nueva recopilación.

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Di lo que quieras

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.

Volver a TV:eldescodificador Volver a portada
subir Subir al principio de la página