Estamos en tiempos en que todo hay que cambiarlo. Hay obsesión por ser políticamente correctos... e hipócritas. Llegará un día en el que queramos modificar hasta la velocidad de nuestras mucosas a la hora de estornudar [que por cierto leí que van a 160 kilómetros por hora].
La última desfeita es que el Congreso de los Diputados suprimió hoy, en la última sesión plenaria de la legislatura, dos artículos del Código Civil que conceden a padres y tutores la potestad de «corregir razonable y moderadamente» a los niños, eliminando así la cobertura legal al conocido como cachete. A partir de ahora los padres no estarán amparados por la ley para dar una bofetada a sus hijos, ya que deberán reprender a los menores «con respeto a su integridad física y psicológica»...
Opino lo que opiné aquí hace casi tres años: [...] «Sin llegar al bofetón en la cara, a veces es necesario un buen cachete en el trasero cuando el enano/a de la casa ya no escucha, se niega a todo, se atrinchera en su mundo caprichoso, falta al respeto a sus mayores y expone a grito pelado sus penas existenciales. ¿Quién no recuerda ahora con satisfacción algún coscorrón o un castigo ejemplar en su infancia? Por desgracia florecen demasiados niños de papá and playstation. Muchos chavales andan chuletas y maleducados por culpa de tenerlo todo y permitírseles todo. De vez en cuando hay que bajarles al planeta Tierra para que valoren lo que tienen y no tienen. Así contribuiremos a reducir los niveles de imbecilidad».
¿Adiós al cachete? Ya veremos de puertas adentro...