¿Estamos de verdad ante un debate ideológico?

La proximidad de las próximas Elecciones Autonómicas y Generales en Andalucía vuelve a poner de relieve la necesidad declarificar el papel ideológico de los medios de comunicación, ya sean públicos o privados. Este papel, inherente a su propia existencia, está claramente condicionado, en todos los casos, por las dependencias económicas y políticas hacia los personajes y los grupos que defienden.

 Dicho de otro modo, los medios no apoyan ni sustentan ideas, sino las ideas de los personajes que los mantienen, de tal suerte que la discusión no es temática, sino, en el fondo, personal y, en todo caso, partidaria. Hay muchos casos recientes de medios que cambian su línea de pensamiento, sencillamente porque lo ha hecho el grupo de presión que lo sustenta.

Con ello, España, que tiene hoy la red de medios de comunicación más extensa, profesional y válida de su historia, está presa del control delos principales grupos económicos y políticos, que hacen de su poder el de la libertad de expresión de los españoles, consagrada en el Artículo 20 de la Constitución.

De hecho, las diferencias en política económica y social de la mayoría de los estamentos del Poder son muy escasas y gozamos de un consenso real en temas de la máxima importancia que hemos heredado de los tiempos de la Transición. Frente a ellos, instituciones, como la Iglesia, pretenden reconducir aspectos conquistados por una sociedad avanzada como la nuestra y, para ello, coloca a destacados periodistas en los púlpitos radiofónicos, buscando que la grieta social se convierta en abismo.

En este marco, surgen los medios de comunicación en la Red, capaces de escapar un tanto de ese control y conquistar la atención de muchos ciudadanos que, hartos de manipulación económica y política, buscan otras formas de expresión.

Qué necesitada está España de empresarios de medios de comunicación que entiendan la independencia de su entidad como la garantía de su futuro.

Antonio Manfredi