Amy Fitzpatrick, la joven irlandesa de 15 años y largas pestañas cuyas fotografías han dado la vuelta a España y aparecido en los rotativos de gran parte del Reino Unido, sigue sin aparecer. Tras varias batidas sin éxito, la Guardia Civil ha aminorado las tareas de búsqueda, y analiza ahora las últimas horas que Amy pasó en su casa.
La Guardia Civil parece haber aparcado momentáneamente las batidas de búsqueda para centrarse en el comportamiento de Amy Fitzpatrick en los días previos a su desaparición. En las últimas 24 horas, los investigadores del instituto armado han interrogado a la madre de la menor y a su compañero sentimental y han revisado el disco duro del ordenador de la joven, con el objetivo de estudiar sus últimos correos electrónicos a amigos y conocidos.
Los agentes realizan batidas, al igual que los primeros días de enero, tras conocerse la desaparición, aunque ya sin la participación de efectivos de otros cuerpos como la Policía Local, Protección Civil o la Cruz Roja. El trabajo está centrado ahora en la investigación y análisis de los datos recabados hasta la fecha. Junto al ordenador de la joven, la Guardia Civil analiza y coteja diversas muestras de ADN.
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