¿Low-cost? No, gracias

La compañía de bajo coste Vueling cancela otra línea aérea a causa de la baja ocupación. Qué ocurre con los low-cost que cada día convencen a menos usuarios. Una estrategia publicitaria que genera decepción en el cliente parece ser uno de los causantes de la cuesta descendente de algunas compañías de vuelos económicos en España.

La compañía aérea Vueling ha cancelado la línea Sevilla – París debido a su pobre nivel de ocupación. Esta noticia es comprensible. Muy comprensible cuando tenemos en cuenta que vuelos que se anuncian a 30 euros escalan de precio de manera progresiva conforme se completa el formulario de reserva. Al final, 200 euros por hacer un trayecto que lleva al traste las perspectivas de un fin de semana en la ciudad de la luz sin hacer mella en el maltrecho bolsillo del mileurista.

Publicidad, no digamos engañosa, aunque sí incompleta es la culpable del nuevo recorte de comunicaciones para los ciudadanos. Por muy cierto que sea que un trayecto de ida a París sin incluir tasas a las 6,30 de la mañana salga por 30 euros, no se puede confiar en este envite la rentabilidad del producto. Caso prototípico de que decepcionar al ciudadano tiene efectos devastadores incluso para el más valioso producto, pues cuando buscamos el vuelo que se adapte a nuestras necesidades comprobamos que Iberia es más segura y rentable en la balanza calidad-precio.

En Vueling te habría costado la mitad..., con Ryanair te vas por dos euros, yo sólo pagué las tasas con Clickair... seguro que todos hemos buceado en alguna ocasión decenas de webs que anuncian vuelos a precios irrisorios pero que, finalmente, nada resulta lo que parece.

Aunque se empeñen en extender esos rumores de una supuesta actitud filantrópica por parte de las compañías aéreas, lo cierto es que nadie regala vuelos a 1 euro, ni a Valencia, ni a Barcelona, ni a Pekín. O al menos, si buscamos vuelos cuyo origen sea el aeropuerto sevillano de San Pablo.